Dos buceadores fueron arrollados el viernes por una lancha en es Trenc (Palma de Mallorca), cuando se encontraban a 300 metros de la costa, fuera de la zona de baño, y sin haber señalizado su posición. Las dos víctimas, alemanes de 20 y 40 años, permanecen ingresadas en estado muy grave en la UCI de Son Espases. Una de ellas sufrió la amputación de un brazo, que fue localizado ayer por la Guardia Civil, y la otra estuvo a punto de perder una pierna.

Los hechos, según explicaron fuentes policiales y sanitarias, ocurrieron al filo de las siete y media de la tarde del viernes. Varias llamadas alertaron al 112 de que una lancha había pasado por encima de un bañista, causándole un profundísimo corte en una pierna. Los dos ocupantes de la embarcación se encargaron de rescatarlo. Un médico del 061 les dio instrucciones por teléfono sobre cómo debían asistirlo mientras lo llevaban a la playa.

La víctima fue atendida allí mismo por efectivos del Ib-salut. Fue entonces cuando se supo que el buceador iba acompañado de otra persona cuando se produjo el trágico accidente. Esta segunda víctima llevaba ya más de un cuarto de hora en el agua, con un brazo amputado a la altura del hombro, cuando fue rescatado por la misma lancha.

Los dos afectados fueron trasladados de urgencia a Son Espases, donde ingresaron en estado muy grave. La Guardia Civil puso en marcha una alerta verde para abrir paso a las ambulancias desde ses Salines hasta el hospital, donde habían activado ya el código trauma, el protocolo establecido para atender de la manera más rápida y eficaz este tipo de lesiones.

Los agentes del instituto armado trataron durante la noche de localizar en el mar el brazo de la segunda víctima. La búsqueda se prolongó hasta las doce y media de la noche sin dar con la extremidad. Ayer por la mañana, los buzos de la Guardia Civil reanudaron la búsqueda. El operativo dio sus frutos y a mediodía fue encontrada en las inmediaciones del lugar del accidente. Las fuentes consultadas señalaron que no hay posibilidad alguna de reimplantárselo, pero que era necesario retirar el brazo del lugar.

La Guardia Civil puso en marcha una investigación para esclarecer lo ocurrido. Según las primeras pesquisas, las víctimas estaban buceando con scooters submarinos a 300 metros de la costa, fuera de la zona de baño y en un lugar de paso de embarcaciones. Parece ser que no habían señalizado su posición con boyas ni otras marcas, por lo que los ocupantes de la embarcación no detectaron su presencia hasta que la hélice les pasó por encima.