El joven que mató el 4 de octubre de 2013 al farmacéutico jubilado Tomás Milia Méndez (72 años) en su vivienda de Ourense durante una discusión tras una relación sexual contratada pasará más tiempo entre rejas. El Tribunal Supremo eleva la condena a Alexandru Marius Luca, de origen rumano, de 19 a 22 años de prisión. Tras un debate jurídico con discrepancias por las que el alto tribunal convocó al pleno no jurisdiccional de la Sala de lo Penal -órgano para debatir y fijar criterios-, una mayoría de tres magistrados de un total de cinco considera que la sustracción posterior al homicidio de seis relojes de lujo de la víctima -valorados en 10.400 euros- constituye un delito de robo con intimidación y no de hurto, como consideró la Audiencia Provincial de Ourense en 2017.

La decisión del Supremo se adopta porque el criminal se aprovechó de la violencia para llevarse los objetos y así sustituye la pena de un año de prisión por una de tres. En total, la condena pasa de 19 a 22 años por los delitos de homicidio, atentado a agente de la autoridad, daños por incendio y el citado robo. El joven acudió a casa de la víctima tras haber acordado un servicio sexual a cambio de dinero, ya que se ofrecía como prostituto en una página web y ambos ya se habían citado en ocasiones anteriores. Pero sobre las 22.00 horas del 4 de octubre de 2013, tras la relación sexual se inició una discusión por razones que no quedaron claras.

El acusado clavó dos veces un arma blanca en el cuello de la víctima, lo que le produjo la muerte. Le asestó una tercera en el abdomen, cuando ya estaba fallecido, según los forenses. La vecina de abajo escuchó pedir auxilio. Se sobresaltó, pero no le dio mayor importancia porque los ruidos en el domicilio superior eran habituales.

Antes de abandonar la vivienda, el acusado se apoderó de una caja con seis relojes de bolsillo, que fueron hallados por la policía en su coche antes de que se diera a la fuga. Esto último ocurrió a las 00.30 horas, después de que unos agentes se fijaran en él por su actitud, cuando estaba en la calle cerca del domicilio. Tras cachearlo y no encontrar más que sus llaves -el crimen aún se desconocía-, los agentes vieron que se dirigía a su coche. Le ordenaron que se bajara para ser identificado, pero Marius lo bloqueó con el seguro. Un policía abrió el maletero, vio los relojes y los recuperó. El rumano reaccionó dando marcha atrás, lo que golpeó al policía.

Traslado

Sobre las 05.30 horas, el acusado regresó al domicilio del crimen para trasladar el cadáver hasta la bañera y prender fuego sobre el colchón de la cama, provocando un incendio que alcanzó a los muebles y el suelo de la vivienda. Los bomberos lo extinguieron. La Policía Local ayudó a detener a Marius Luca a las 05.50 horas. El homicida llevaba una bolsa con sábanas y toallas ensangrentadas y otra con cuatro cuchillos. Otro apareció en un contenedor, junto a una caja de guantes en la que había huellas del acusado. Además se encontraron restos biológicos del acusado y a la víctima en el pantalón de Luca.