Nacido a las orillas de la ensenada de O Esteiro de Vilanova, Jacinto Santos Viñas está considerado como uno de los históricos del narcotráfico. Tuvo sus escarceos con el contrabando, pero pronto acabaría dando el salto y formando parte de los procesados en la operación Nécora. Desde entonces ha entrado y salido varias veces de prisión. Fue condenado a seis años de prisión, junto con su hermanastro Roberto Leiro Santos, como responsable del alijo de 36 toneladas de hachís que la policía intervino en el Volga I cuando estaba atracado en el puerto de Marín. Lejos de arredrarse por esta circunstancia Santos Viñas pronto regresó al negocio con dos alijos en 2004 que acabarían siendo frustrados. El primero de ellos fue el del pesquero Clarinda H, que tras ser sorprendido en Portugal acabaría arrojando su carga al mar en septiembre de 2003. En enero de ese año, un registro halló precintos iguales a los de los fardos en su interior. El segundo fue el del remolcador Pitea en 2004, abordado por la Armada francesa frente a Togo con 412 kilos de cocaína. En la cárcel desde entonces, había logrado ya el tercer grado.