Manuel Charlín Gama, el Viejo, abandonó exultante los juzgados de Vigo entre una nube de fotógrafos. A preguntas de los periodistas aseguró que lo habían detenido por "nada" y advirtió de que le habían dado la libertad "total, sin cargos de ningún tipo". Momentos antes su hijo Melchor salía por la misma puerta de los calabozos serio y visiblemente nervioso. Padre e hijo recorrieron caminos distintos para subirse al mismo coche, un cuatro por cuatro que conducía otra mujer de la saga.

La libertad de Manuel Charlín y su hijo apunta que su papel en la organización que pretendía introducir unos 2.500 kilos de coca en las costas gallegas no era tan relevante. Igual ocurre con José Andrés Bóveda, Charly, un experto piloto que nunca ha sido condenado por narcotráfico y que gestiona un astillero en Cambados: fue puesto en libertad en la propia sede policial.