Los peores augurios de los vecinos de Trabadela, lugar de la parroquia estradense de Ribela, terminaron haciéndose realidad ayer. Tras meses denunciando su peligrosidad, tanto ante las autoridades competentes como en los medios de comunicación, un grupo de perros atacó a una octogenaria cuando regresaba de misa hacia su casa. La rápida intervención de Luis Rivas, vecino de la zona, que oyó los gritos de María Fraiz Taboada y los ladridos de los perros fue clave a la hora de salvar su vida. Él fue el primero en atender a la mujer de 88 años. En el lugar se presentó poco después una ambulancia, que la trasladó al hospital para ser operada de urgencia. Tras cuatro horas de operación, recibió el alta y pudo regresar a su vivienda.

Los hechos tuvieron lugar en Trabadela a las 12.30 horas, cuando María Fraiz regresaba por las calles de la localidad hacia su vivienda. En su camino tuvo que pasar cerca de una casa conocida por todos en el pueblo, en donde, según relatan, su propietario ha acumulado más de diez perros, que en muchas ocasiones andan sueltos por la zona. A 200 metros de la vivienda fue atacada por cinco de los canes, que comenzaron a morderle en diferentes partes de su cuerpo. Sus gritos y los ladridos de los perros fueron escuchados por Luis Rivas, un vecino cuya casa se encuentra cerca del lugar de los hechos. Cuando acudió al lugar se encontró con el dueño de los perros, que los recogió y los metió dentro de su finca, aunque, según su relato, no hizo nada por socorrer a su vecina. Rivas fue quien ayudó a la octogenaria, la llevó hasta su vivienda y llamó a Emerxencias.

Poco después, una ambulancia medicalizada la recogió para llevarla hasta el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago, en donde fue operada de urgencia. Según explicaron desde la familia, fueron cuatro horas en quirófano, en las que tuvieron que coser y curar todos los desgarros. Fraiz sufrió heridas en cabeza, cuello, piernas y brazos. Las peores heridas estaban en la parte de atrás de la cabeza y en una oreja. A última hora y tras el éxito de la operación los médicos decidieron dar el alta.

Tras los hechos se personó en el lugar la Guardia Civil, que habló con todas las partes. Según explicaron desde la familia de Fraiz, una vez abandonaron el lugar, el propietario de los perros los visitó para amenazarlos con quemar su casa si se los retiraban. Los hijos de la octogenaria agredida anunciaron en el día de hoy tienen previsto presentar una denuncia por todo lo sucedido contra el dueño de los canes.

La familia y los vecinos lamentaron un triste suceso que venían tiempo augurando. En febrero la asociación vecinal informaron de que la aldea se encontraba "atemorizada" por la presencia de "más de una docena de perros, alguno considerado como raza peligrosa, que conviven irregularmente y sin control con un vecino en su casa".

"Han sido múltiples los ataques producidos por los perros a personas y animales, de los que ya se ha dado cuenta a la autoridad, sin que por ahora se haya solucionado el problema", afirmaban los vecinos. "Tenemos miedo a que ocurra una desgracia irreparable", confesaban al tiempo que explican que los hechos habían sido puestos en conocimiento de la Guardia Civil y del Seprona, aunque sin resultados. En ese comunicado destacaban que en la aldea hay muchas personas de avanzada edad que podrían sufrir ataques sin poder defenderse.