La empresa concesionaria de la autopista que se vino abajo anteayer martes en la ciudad italiana de Génova -Autostrade per l'Italia, propiedad en un treinta por ciento del grupo Benetton- era consciente de que debía reforzar los tirantes del puente Morandi, aunque pospuso las obras para después del verano, debido a que eran muy "invasivas" y hubiesen causado un gran trastorno a la circulación de una de las arterias de comunicación más concurridas de Europa.

El Gobierno italiano ha cargado duramente contra la empresa, y ha anunciado que le retirará la concesión de las autopistas. "Una compañía que gana miles de millones en peajes debe explicar a los italianos por qué no ha hecho todo lo posible para invertir buena parte de esas ganancias en seguridad", declaró indignado a una emisora de radio el ministro del Interior, Matteo Salvini.

Mientras tanto, continúa la búsqueda de fallecidos en la montaña de escombros que ha dejado el puente Morandi, y han sido desalojadas ya unas 600 personas de once edificio que hay bajo lo que queda de la estructura. Y es que algunos pilares que sobrevivieron al derrumbe se están agrietando y hay un riesgo cierto de que se vengan abajo. Los fallecidos ascienden ya a 39 y hay 16 heridos, doce de ellos en estado grave.

También se habla de una decena de desaparecidos, entre ellos los miembros de una familia italiana que tenía pensado desplazarse a la isla de Elba, un poco más al sur de Génova. "No llegaron al hotel y no responden al teléfono. A esa hora estaban probablemente pasando por el puente", indicó Antonio, familiar de los desaparecidos.

Entre los fallecidos hay cuatro jóvenes franceses que viajaban desde Montpellier para pasar las vacaciones en Cerdeña. También tres chilenos -entre ellos el chef Juan Carlos Pastenes, de 64 años, y su esposa, Nora Rivera-, un colombiano y un peruano. Uno de los casos que más está impactando a los italianos es el de la familia formada por Ersilia Piccino, su esposo, Roberto Robbiano, y su hijo de 8 años, Samuele. Murieron en el acto tras caer 50 metros. Los tres iban a Cerdeña de vacaciones. El cuerpo de Samuele fue de los primeros en ser recuperado. En el teléfono móvil de uno de los fallecidos, una persona identificada como "mamma" (mamá, en italiano) no dejaba de llamar. Pero ninguno podía ya responder. Hay otra familia destrozada, la formada por Andrea Vittone, su compañera Claudia Possetti -de 49 y 48 años- y los hijos de la mujer, Manuele y Camilla, de 16 y 12 años. Otros cuatro jóvenes italianos -Matteo Bentornati, Giovanni Battiloro, Gerardo Esposito y Antonio Stanzione-iban en el mismo coche camino de Niza, con la intención de terminar sus vacaciones en Barcelona.

El derrumbe del puente ha causado un auténtico terremoto político en Italia. Al término de un consejo de ministros extraordinario celebrado en Génova, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, decretó el estado de emergencia en la ciudad por 12 meses y adjudicó un fondo de cinco millones de euros. Conte decretó también una jornada de duelo nacional y confirmó que el gobierno va a revocar el contrato de concesión de las autopistas a la firma Autostrade. Horas antes el gobierno había exigido la dimisión de los directivos de la firma responsable del mantenimiento. "Esta es una tragedia inaceptable en una sociedad moderna", lamentó Conte, quien anunció un plan de control de todas las infraestructuras del país.

El gobierno italiano responsabiliza a Autostrade, la empresa concesionaria de la vía, en parte propiedad de los Benetton, de haber aplazado los controles y la manutención del controvertido viaducto. La firma divulgó un comunicado con las cifras invertidas para la seguridad de las autopistas italianas, que califican entre las más seguras de Europa, como respuesta a las acusaciones del gobierno.

El papa Francisco oró ayer miércoles por las víctimas de la tragedia durante el Ángelus por la celebración de la Asunción y envió un mensaje de solidaridad a todos los afectados. Los cuerpos de socorro, cerca de mil personas, se preparaban para pasar la segunda noche al aire libre en busca de supervivientes y limpiando la zona para evitar otros derrumbes.