Cinco personas están desaparecidas desde que el pasado martes el puente Morandi (Génova) se desplomase en su tramo central acabando con la vida de al menos 38 personas, según informó ayer Protección Civil de ese país. La cifra de desaparecidos todavía no se había establecido de forma oficial, si bien los medios italianos habían indicado que había entre diez y veinte personas. Los equipos de rescate continúan retirando escombros y tratando de encontrar supervivientes o nuevas víctimas mortales aún sepultadas. El Gobierno italiano, cada vez más crispado por este asunto, acaba de iniciar por otro lado el proceso para retirar a Autostrade la concesión de las autopistas, tal como habían advertido días atrás el primer ministro y otros responsables gubernamentales.

Mientras tanto, ayer se conoció que un informe de noviembre de 2017 conminaba a la reparación urgente de varios tirantes del puente Morandi, ante su galopante deterioro. El Gobierno ha formado una comisión de expertos, entre los que se encuentra un ingeniero que denunció el mal estado del puente, para establecer responsabilidades.

Aunque ya han pasado varios días, los bomberos creen que es posible encontrar supervivientes porque los bloques de piedra y metal podrían haberse colocado formando pequeñas bolsas de oxígeno.

Hoy se celebrará el funeral de Estado por las víctimas mortales del accidente. Solo será para 18 de los 38 fallecidos, porque las familias de los demás han optado por celebrar sepelios privados en rechazo a la presencia de autoridades en el funeral de Estado, ya que consideran que el Gobierno del país es el responsable de lo ocurrido en el puente.