Víctor García Paz, Vitriño, ya es oficialmente narco. Más de una década han tardado la Policía Nacional y la Fiscalía Antidroga en probar que a sus 38 años, es -como sospechaban desde que en 2005 le detuvieron por primer vez y hallaron millón y medio de euros ocultos en un armario de la casa de sus padres y le requisaron cinco automóviles de lujo-, uno de los más activos traficantes de cocaína y heroína de las Rías Baixas. No transporta barcos cargados de droga, pero los investigadores estiman que mueve entre 15 y 20 kilos de coca al mes.

El Tribunal Supremo acaba de desestimar el recurso presentado por su defensa y le envía 4 años y medio a prisión al ratificar la última pena que le impuso la Audiencia de Pontevedra el año pasado. Es su primera condena firme por un delito contra la salud pública, después de librarse en dos procesos judiciales previos.

Y es que el escurridizo Vitriño logró salir indemne en la última década de varias detenciones y dos juicios por narcotráfico y blanqueo de dinero procedentes del narcotráfico.