Cinco personas -tres hombres y dos mujeres- perdieron la vida, cuatro se hallan en estado crítico y otras doce resultaron heridas de diversa consideración al salirse de la vía y empotrarse violenta y frontalmente contra el pilar de un viaducto un autobús de línea regular que cubría la línea Cudillero-Avilés-Pravia. La brutalidad del golpe fue tal que el pilar, de sección redonda, penetró dentro del autobús hasta la sexta fila de asientos convirtiendo en un amasijo de hierros el primer tercio del vehículo.

El servicio de transporte, de la empresa Alsa, había salido de Cudillero a las 12.35 horas, realizado con normalidad las nueve paradas programadas de la ruta -la última en la estación de Avilés donde unos pasajeros bajaron y otros subieron- y ya camino de Gijón para finalizar su recorrido a las 14.00 horas sobrevino la tragedia. El reloj marcaba las 13.40 horas.

A consecuencia del brutal impacto contra el pilar del viaducto fallecieron en el acto cuatro de los viajeros, todos ocupantes de asientos situados en la mitad delantera; tres de esos cuerpos fueron rescatados, previa excarcelación, por los bomberos desplazados al lugar. Un cuarto cadáver fue hallado fuera del autobús, probablemente como consecuencia de haber salido despedido por una ventana. Y la quinta víctima mortal falleció en la ambulancia, camino del Hospital San Agustín de Avilés, a donde fueron llevados la mayoría de los heridos.

Personas que se hallaban cerca del lugar del accidente -el carril de incorporación desde Avilés a la autopista "Y", más en concreto el punto kilométrico 1 de la AI-81- describieron el ruido que produjo el choque del autobús contra el pilar del viaducto como "un estruendo como si se hubiera venido abajo el puente".

Los peritos de la Guardia Civil de Tráfico desplazados al lugar para realizar el atestado concluyeron como primera hipótesis de lo ocurrido, y con todas las salvedades derivadas del análisis sosegado de las pruebas, que el conductor del autobús, un varón de 40 años vecino de Pravia identificado como Omar López Macías (uno de los heridos críticos), debió sufrir algún tipo de desvanecimiento en los instantes previos al choque. Como consecuencia del vahído del chófer, el autobús habría circulado sin control y a una velocidad entre 80 y 90 kilómetros por hora saliéndose de la vía por el margen izquierdo a unos 150 metros del pilar contra el que acabó chocando de frente. El pilar frenó en seco la trayectoria del autobús y segó la vida de cinco de los ocupantes al entrar como un cuchillo en la mantequilla hasta la sexta fila de asientos.

La desintegración del tercio delantero del vehículo era manifiesta: en un radio de más de seis metros por delante del mismo había desparramadas piezas y restos del parabrisas.

Personas que se hallaban cerca del lugar del accidente -el carril de incorporación desde Avilés a la autopista "Y", más en concreto el punto kilométrico 1 de la AI-81- describieron el ruido que produjo el choque del autobús contra el pilar del viaducto como "un estruendo como si se hubiera venido abajo el puente". Un vecino lo describió "como si hubiera caído una bomba".

Un testigo presencial relató por WhatsApp cómo vio el accidente y la emoción que sintió en ese momento: "Justo salía yo dirección Oviedo-Gijón y vi desde el otro lado [de la autopista] cómo se empotraba. Flipé. Hizo un recto, ni frenó. Muy chungo. Pensé que [del golpe] iba a caer el pilar. ¡Qué horror! [Fue] un impacto brutal".