El desvanecimiento del conductor centra las investigaciones de la Guardia Civil para esclarecer las causas del accidente en el que el lunes perdieron la vida cinco personas y otras cuatro sufrieron lesiones graves o muy graves al empotrarse el autobús en el que viajaban contra el pilar de un paso elevado de la variante de Avilés.

En el momento de la colisión, el autobús iba a unos 80 o 90 kilómetros por hora, pero tanto por la trayectoria que siguió en los últimos metros de su recorrido, como por la ausencia de frenadas, se baraja como principal hipótesis que el conductor, Omar L.M., de 40 años, hubiese sufrido una indisposición al volante.

El Sector de Tráfico de la Guardia Civil, que ha asumido la investigación, dirige su principal objetivo a determinar si el conductor pudo haber perdido el conocimiento por un mareo, una bajada de glucosa, un infarto o cualquier otra causa. La delegada del Gobierno en Asturias, Delia Losa, también se ha inclinado por esa hipótesis como la más probable ya que, según explicó, no hay rodadas en la calzada donde tuvo lugar el accidente, lo que demostraría que el conductor "es una víctima también" y que no tuvo capacidad de reacción.

"Si hubiera sido un despiste, hubiera tenido capacidad, porque los propios pivotes le hubieran alertado", declaró Losa, en referencia a los conos y separadores de carriles de plástico que había en la zona, que se encontraba en obras, y que arrolló antes de estrellarse.

Desde la Dirección General de Tráfico, su director, Pere Navarro, asegura que la compañía Alsa, propietaria del autobús, destaca por su "obsesión" por la seguridad vial y que es un referente nacional en ese campo, pero que en todo caso habrá que esperar a la reconstrucción que la Guardia Civil haga del siniestro.

Alsa aseguró ayer que el conductor, con siete años de antigüedad en la empresa, había recibido la calificación de apto en todos los reconocimientos médicos anuales que la empresa realiza a sus empleados, el último de ellos en abril pasado. Fuentes de la empresa también detallan que el conductor estuvo de baja por enfermedad común entre febrero de 2015 y el mismo mes de 2016, pero que desde entonces había trabajado sin ningún problema.

Once de los quince heridos en el accidente del autobús fueron dados de alta ayer. De las cuatro personas que siguen hospitalizadas, hay dos mujeres muy graves.