Medio centenar de grupos criminales se reparten el gran negocio del narcotráfico en Galicia, según los últimos datos que maneja el Centro de Inteligencia contra el Narcotráfico y el Terrorismo del Ministerio de Interior (Citco), que tiene localizados una treintena en la provincia de Pontevedra y unos 20 en A Coruña, muchos de ellos formados por personas de varias nacionalidades. Como socios de los gallegos destacan los colombianos y también los búlgaros, en este caso aliados en la distribución de la heroína, que avanza con fuerza en los últimos años y que es uno de los aspectos que más preocupa a las fuerzas de lucha contra la droga.

En Galicia operan ya solo dos grandes organizaciones en el transporte marítimo de la cocaína, una de ellas atribuida a un arousano afincado en Colombia, cuyos cabecillas nunca han sido condenados pese a llevar una década bajo sospecha. Ahora el millonario negocio está en manos de pequeños grupos que se alían entre sí. Los líderes son quienes tienen los contactos con los proveedores colombianos, de ahí el interés por contar con el respaldo de los viejos narcos para aportar su nombre aunque sea con un papel secundario como ocurrió en la reciente operación en la que cayó Manuel Charlín. También están los financieros, con capacidad económica para acometer el transporte por vía marítima.

Solo en lo que va de año se han registrado un centenar de detenidos en una decena de grandes operaciones. Y otros 80 se han sentado en el banquillo. Extraoficialmente se apunta a unos 800 investigados, mientras que un informe de Interpol los situaba en 600 en el último foro al que acudió la Plataforma Galega Contra o Narcotráfico, según explica su presidente, Fernando Alonso.

En el caso de las Rías Baixas, el grueso del transporte marítimo estaría actualmente en manos de entre 300 y 400 personas, muy controladas por las fuerzas antidroga, según explica un experto. Los pequeños grupos los integran entre tres y diez personas, si bien el número de colaboradores de estos grupos es imposible de determinar.

Y es que las viejas organizaciones, donde el jefe mandaba y el resto obedecía, han desaparecido prácticamente mientras los viejos capos de la coca estaban en prisión. El negocio ha evolucionado. Y no por motu proprio de un sector que ha visto diezmadas sus estructuras tradicionales con la fuerte presión policial y fiscal de las fuerzas antidroga. Esto les obliga a alquilar barcos y medios para cada ocasión y también a desplazarse a distintos puntos de España para salir del foco de los investigadores. Andalucía, Levante y Cataluña son los nuevos puntos de interés para el narco gallego.

"Detectamos que cada vez hay más cocaína, por la superproducción en Colombia, y más narcos. Hace dos años el kilo de coca estaba a 38.000 euros, ahora a 24.000", apunta una de las fuentes consultadas.

El año pasado las fuerzas antidroga retiraron del mercado 31 toneladas de cocaína, casi 12 con vinculación gallega, y en este ejercicio podría superarse dicha cantidad. Galicia se mantiene como una de las principales vías de entrada de droga desde Sudamérica en barco. Las últimas operaciones demuestran que, pese a su fragmentación, los narcos gallegos permanecen muy activos y acuden a alianzas puntuales que les permiten introducir tanta cocaína como sus predecesores, quienes también suelen reenganchar al salir de prisión.

La lucha contra el narcotráfico en Galicia se centra en este momento en los nuevos líderes del narco gallego, que provienen de la distribución de cocaína en tierra. Nunca fletaron un barco con droga, pero han crecido al amparo de los grandes capos y ahora tienen dinero y son fuertes.

También especial preocupación merece para los expertos el llamativo repunte de la heroína. "Hay consumo y distribución", afirman, con especial relevancia en la zona de Ferrol. Portugal sería también un mercado potencial para la distribución de esta droga.

"Los grupos ya no son tan poderosos en cuanto a estructuras, pero sí por el volumen de droga que manejan", apostilla Fernando Alonso, presidente de la Fundación Galega contra el Narcotráfico.

Los gallegos llevan casi 30 años liderando el tráfico marítimo de cocaína en barcos, pero en la actualidad el 70% de la droga llega por contenedores y el 80% de las aprehensiones se realiza en Andalucía. "De todas formas el 20% que mueven los gallegos supone un negocio muy rentable y las últimas operaciones del Greco demuestran que el flujo de entrada sigue muy activo y los grupos, pese a su fragmentación, siguen ahí", expone el magistrado José Antonio Vázquez Taín.