La evolución del gran narcotráfico ha llevado también a nuevas formas del blanqueo de sus ganancias. "En las Rías Baixas ya no se blanquea dinero de la droga abriendo establecimientos comerciales. Se ha puesto freno a la competencia desleal. Nadie monta aquí un negocio ni se compra un pazo. Los nuevos narcos se llevan el dinero fuera de Galicia a paraísos fiscales, Dubái y Asia. Ahora trabajan sin ostentación, en clandestinidad y lejos de la impunidad de otras épocas. La presión policial y fiscal ha hecho mucho, pero también socialmente ni se les acepta ni les quiere cerca. No hay indulgencia", explica Fernando Alonso, presidente de la Plataforma Galega contra o Narcotráfico.

No obstante, Alonso advierte de que queda mucho que hacer con las incautaciones patrimoniales de los narcotraficantes gallegos: "Debe seguirse en esa línea. No se entienden nuevos embargos millonarios a Sito Miñanco cuando para Hacienda es un modesto asalariado de parking recién salido de prisión. Hay que tocarles el bolsillo para desincentivar a los que vienen detrás, no solo bastan detenciones y condenas, el tema patrimonial es muy importante".