La Policía Nacional mantiene su búsqueda incansable de pistas que puedan arrojar luz sobre el caso de la desaparición de Sonia Iglesias hace ocho años.

Prueba de ello es que agentes especializados de la unidad de Subsuelo llegados desde Madrid volvieron a Pontevedra para inspeccionar ayer al menos dos pozos en una zona próxima a la vivienda de la familia Araujo en San Mauro que ya fue registrada el pasado febrero.

La inspección fue rápida apenas duró unas horas y en principio todo hace indicar que resultó infructuosa. Éstas unidades de regresar a Madrid después de realizar estas nuevas pesquisas. Aunque la investigación judicial fue archivada la policía mantiene vivo el caso.