El huracán Michael, una tormenta monstruosa con vientos de 250 km/h que dejó un reguero de destrucción en el sureste de Estados Unidos, se había cobrado hasta la tarde de ayer trece muertos en tres estados, antes de internarse en el océano Atlántico. Las autoridades temen que la cifra de víctimas aumente mientras avanzan las tareas de rescate.

El número de muertos se elevó al sumarse dos nuevas víctimas en Carolina del Norte, estado que ya había sido golpeado por el huracán Florence el mes pasado. Según confirmaron a la AFP los Servicios de Emergencia del condado de McDowell, las dos personas fallecieron la noche del jueves, cuando el vehículo en el que se trasladaban chocó contra un árbol caído en la carretera.

El total de muertes relacionadas con la tormenta Michael en Carolina del Norte se eleva a tres, que se suman a otras cinco en Virginia, cuatro fallecidos en Florida y un muerto en Georgia. Las autoridades temen que el número de muertos continúe creciendo. "Se espera que el balance general aumente entre hoy y mañana a medida que avanzamos a través de los escombros", dijo ayer a CNN Brock Long, jefe de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA). El senador republicano por Florida, Marco Rubio, dijo que su "sensación es que encontrarán más víctimas".