Por un momento, el fantasma del 11-M planeó ayer sobre las estaciones de tren de Barcelona y Madrid. La sospecha de que una mujer iba con una granada en el AVE entre Sants y Atocha provocó una alarma antiterrorista que obligó a desalojar ambas terminales. Al final, se trataba de una hebilla de cinturón con forma de granada. La Policía llegó a detener el tren antes de destino para comprobar la maleta y comprobar que el contenido no suponía ningún peligro.

Todo empezó alrededor de las ocho de la mañana, cuando el personal de seguridad de la mayor estación ferroviaria de Barcelona detectó en el interior de una maleta un objeto sospechoso, con forma de artefacto. Alertaron a los Mossos d´Esquadra, que desplegaron sus equipos de desactivación en la zona. Los agentes desalojaron dos trenes de las vías 3 y 4 de la estación barcelonesa para hacer comprobaciones en los convoyes y la vías del AVE y han pedido a Renfe que detuviera la circulación de trenes de Alta Velocidad.

Un retraso de media hora en dar este aviso por parte de Adif permitió que la mujer montara en el tren a Madrid, con llegada a las diez y cuarto. No obstante, minutos antes, y por orden de la Policía, el personal de Adif comenzó a evacuar a los ciudadanos que se encontraban en la estación. Tras el hallazgo de la hebilla de cinturón, la alarma antiterrorista se ha desactivado.

Tanto los Mossos d´Esquadra como Adif han anunciado una investigación para investigar lo sucedido. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, indicó, poco después de los hechos, que los protocolos han funcionado de la forma debida y "maravillosamente" y aseguró que la ciudadanía puede sentirse segura.