Más de 3.200 bomberos luchan en California para detener los incendios que asolan el norte y el sur del estado, aunque con pocas esperanzas de contener el avance de las llamas avivadas por el fuerte viento y que ya se han cobrado la vida de al menos nueve personas.

Alrededor de 250.000 vecinos recibieron la orden de evacuación de una amplia área cercana a la capital del estado, Sacramento, y de Malibú, ciudad turística de Hollywood, en el sur de California.

Los muertos se produjeron en la ciudad de Paradise, en el condado de Butte, al norte de Sacramento, donde se incendiaron 6.700 edificaciones, en su mayoría residencias.

El incendio de Butte, apodado Camp Fire, es el más destructivo del que se tiene registro.