Cuando una persona es detenida y pasa a disposición judicial, su futuro inmediato queda en manos del juez. La gravedad del delito que se le atribuye, la existencia o no de antecedentes penales y otras circunstancias serán valoradas por el magistrado para determinar la medida cautelar a adoptar mientras se instruye la causa a la espera de juicio. La más severa es la prisión provisional. Pero, ¿cuánta gente ingresa en un penal de modo preventivo en Galicia? ¿Cuáles son las conductas delictivas más frecuentes a la hora de dictaminar el encarcelamiento?

La memoria de la Fiscalía aporta respuestas a estos interrogantes. Y es que uno de los datos que revela el informe es que en 2017 los juzgados gallegos, previa petición del Ministerio Público, acordaron prisión preventiva para 660 personas. La cifra es bastante más elevada que la del año anterior -casi un 40%-, en la que se privó de libertad a 485 investigados. Y la razón fundamental hay que buscarla en el gran número de operaciones de narcotráfico, que dispararon los encarcelados por este delito.

El 2017 fue un año de grandes golpes al tráfico de drogas. Los operativos se sucedieron y, a modo de resumen, en todos ellos se sacaron del mercado ilícito más de 13.000 kilos de droga, la mayor parte cocaína, que venían con destino a la costa gallega o que ya estaban en tierra. Por eso, no es raro que el delito que más hicieron constar los jueces gallegos en los autos de prisión provisional dictados a lo largo del ejercicio fuera precisamente ese, el relativo al narcotráfico.

Del total de 660 personas que entraron en un centro penitenciario de modo preventivo, 218 -algo más del 30%- lo hicieron tras ser detenidos en estos operativos contra el tráfico de estupefacientes. Destacan operaciones como la asestada al cártel colombiano de Los Boyacos o la Operación Ventus, en el que se desmanteló en la urbe olívica un laboratorio que operaba con heroína procedente de los Balcanes, Turquía y Holanda.

Tras el narcotráfico, el grupo delictivo que supuso más privaciones de libertad durante el pasado año, concretamente 185, es el que engloba los delitos contra el patrimonio y el orden socioeconómico. Robos y asaltos sobre todo, pero también casos de estafas graves. Y en tercer lugar, con 86 autos judiciales de ingreso en la cárcel, se sitúan las lesiones, que también registraron un leve aumento con respecto a los datos del anterior ejercicio.

Casos excepcionales

Drogas, robos y agresiones graves son las conductas que llevaron a más personas a prisión en 2017. ¿Y cuáles son los delitos en los que esta medida cautelar es excepcional? Pues entre éstos se encuentran, por ejemplo, los de seguridad vial. La memoria de la Fiscalía refleja que a lo largo del año ingresaron cinco conductores en prisión preventiva. Las falsedades o los incendios forestales son otros ilícitos en los que no es frecuente que el investigado se vea privado de la libertad. En cuanto a delitos especialmente graves, como los asesinatos y homicidios -en este grupo se incluyen también las tentativas y las imprudencias-, fueron 18. Y otros 21 entraron en un penal al estar encausados en procesos de agresiones o abusos sexuales.