El gallego José Carlos Pombar Cameán (64 años) había conseguido durante los últimos 14 años eludir a la justicia española y mientras confiaba en que prescribieran sus delitos en España, controlaba varias embarcaciones, pesqueros y mercantes en varios países del litoral Atlántico africano, con los que recogía la droga proveniente de Sudamérica y la trasladaba a Galicia.

Pero la suerte del narco de A Pobra se acabó ayer. Cometió el fallo que los servicios antidroga internacionales esperaban desde que le seguían los pasos por el África Atlántica donde se ocultaba desde que huyó de España en 2004.

La Policía le seguía los pasos y lo tenía acotado en África con la policía británica, pero fue en el aeropuerto de Panamá donde su documentación falsa guineana cantó. No era la primera vez que Pombar entraba al país con la misma identidad, aunque con otra nacionalidad, lo que despertó las sospechas de las fuerzas de seguridad panameñas.

Una vez comprobada su identidad real y que la orden internacional de búsqueda y captura emitida desde España a través de Interpol seguía en vigor, las autoridades panameñas acordaron su arresto. Ahora la Audiencia Nacional debe solicitar la extradición.

Benin, Ghana, Nigeria, Guinea, Liberia o Mali eran los países en los que durante 14 años se ocultó el narco gallego. Pero su localización estaba casi acotada por las fuerzas antidroga españolas, que incluso habrían forzado su salida.

En África occidental contaba con protección y se sospecha que allí mantuvo los almacenes de cocaína de los clanes gallegos que trasladaban la droga después a Galicia siguiendo la denominada ruta africana. No en vano está considerado socio de históricos narcotraficantes arousanos, como Ramiro Somoza o Jacinto Santos Viñas.

Pombar es uno de los narcos gallegos que más tiempo llevaba huido de la Justicia y tiene varias requisitorias de juzgados españoles desde el año 2004 como responsable de grandes transportes de cocaína.

Así, en 2002 fue detenido en relación a los 1.700 kilos de cocaína en un barco cerca de Cabo Verde, en la denominada operación Candil. Se le consideraba encargado de las comunicaciones del grupo, pero huyó de la Justicia y se dictó una orden de búsqueda Internacional, según la información facilitada por Interior.