La oleada de robos en las últimas semanas en O Salnés tuvo este fin de semana uno de sus episodios de mayor entidad en Cambados, al hacerse los ladrones con un botín que se situaría entre los 120.000 y los 150.000 euros. El robo se produjo en un pequeño pero coqueto chalé situado en A Modia, en el que reside una pareja con un negocio de venta de flores. La mujer es hija de Laureano Oubiña.

Los ladrones habrían entrado en la casa por el jardín, situado en la parte posterior, cuando no había nadie dentro, entre las 19.30 y las 20.00 horas del sábado, cuando había mucha gente a pie en las viviendas del entorno. Una vez en el inmueble reventaron la caja fuerte y se llevaron su contenido.

El hecho de que los ladrones actuasen sin miedo a esa hora de la tarde y de que no hubiese nadie en la vivienda hace suponer que habían realizado previamente un exhaustivo trabajo de vigilancia, para conocer las costumbres de los inquilinos del chalé, y la zona en la que iban a actuar.

Un vecino del lugar que durante la mañana de ayer acudió a hablar con los propietarios de la casa para interesarse por lo sucedido afirmó que desde hacía unos días vio merodear por la zona con actitud extraña a un hombre al que conocía, de mediana edad y tez morena. Sin embargo, terminó por no prestarle atención dado que muy cerca de donde se produjo el robo hay un edificio de pisos de alquiler, y muchos de los inquilinos son gente de paso en la aldea.

Según los primeros indicios, el ladrón o ladrones accedieron a la propiedad desde una pista perpendicular a la carretera general. Después saltaron a unas fincas y viñedos que hay en la parte posterior de las casas, y llegaron a atravesar el jardín de una vecina.

Una vez más, saltaron el muro que separa el jardín de esta mujer del de las víctimas, y una vez en la propiedad ya elegida rompieron el cristal de una de las puertas de la parte posterior de la casa para acceder al interior.

La mujer por cuya propiedad pasaron los ladrones cuenta que ella sí estaba en casa en el momento del suceso, pero que no se percató de nada. Se da la circunstancia de que tiene dos perros, pero estos no llegaron a ladrar. Además, cuenta que en un momento dado tanto ella como su hija escucharon un sonido fuerte, semejante a una detonación, pero que en ningún momento llegaron a pensar que se tratase de un robo. "Pensamos que venía de la chimenea", explicó.