Mientras en España se empieza ahora a desmigajar y vender el imperio patrimonial intervenido en su día a Marcial Dorado Baúlde, en Portugal hace meses que sus dos quintas de la raia do Minho cambiaron de manos. El país vecino se deshizo de ellas a precio de saldo, al vender las dos extensas fincas y sus construcciones por algo menos de 70.000 euros, cuando su valor de mercado es muy superior. "En internet se están ofreciendo ahora por dos millones de euros", afirma el abogado que defiende los intereses de las antiguas empresas del narco arousano, Gonzalo Boye.

Pero ni siquiera esos 70.000 euros se ingresarán en los fondos del Plan Nacional sobre Drogas ni en las arcas españolas, porque según el letrado, las quintas terminaron en manos de la Hacienda portuguesa por culpa de una deuda de 60.000 euros que los Dorado tenían pendientes de pagar. Según Boye, la familia del arousano sí quiso saldar las cargas con dinero que una de las sociedades que les había intervenido la Audiencia Nacional, pero los jueces no autorizaron esa liberación de fondos. La consecuencia es que el fisco de Portugal se quedó con las dos propiedades, la Quinta Dourado, situada en Paderne; y la Quinta do Feital, en Caminha, a un tiro de piedra de la frontera con Galicia.

Lo que hizo la Hacienda lusa fue sacar a subasta las propiedades y venderlas por calderilla. El letrado, conocido por defender también al expresidente catalán Carles Puigdemont o al narcotraficante cambadés Sito Miñanco, alega que en la práctica las dos quintas eran una sola, ya que en una de ellas estaban las casas y el viñedo, y en la otra, la bodega. Boye plantea que por mucho que las propiedades perdiesen valor en los últimos años debido a su situación de abandono, su precio de mercado es muy superior. De hecho, por la Quinta do Feital (Caminha), Dorado pagó en 1990 unos 590.000 euros de la época, y por la Quinta Dourado (Paderne) otros 600.000.