"Ahora estamos bien después del susto de ayer -por el miércoles-. Los niños, que son lo más importante, también se encuentran bien". Fue la escueta declaración de Camilo García, el propietario de la vivienda de Bon, en Bueu, que a última hora del miércoles fue asaltada por dos hombres que cubrían su rostro con pasamontañas. Los ladrones no dudaron a la hora de atar también al niño de 4 años y en amenazar e intimidar con cuchillos a los adultos.

La familia se encuentra afectada por lo sucedido y se han trasladado temporalmente a otro inmueble de su propiedad en el centro del municipio. Durante toda la mañana de ayer agentes de la Guardia Civil de Cangas estuvieron en la vivienda para intentar obtener huellas y recabar pistas, una labor que las fuentes consultadas reconocen que no está resultando sencilla ya que la escena resultó parcialmente "contaminada" en los momentos posteriores al robo, cuando al lugar acudieron vecinos y allegados.

Algunos datos que han trascendido de momento indican que los dos asaltantes accedieron a la finca por su parte trasera, que linda con el entorno del atrio de la capilla de Sanamedio. "Esa zona é como un escudo, non hai luz e está moi escura", explicaban ayer vecinos de la zona.

La posibilidad de que estuviesen previamente reconociendo el terreno para preparar el robo es una de las hipótesis que se maneja. Las fuentes consultadas apuntan que de los dos hombres que participaron en el robo, uno se mantuvo en silencio en todo momento y dejó que fuese el otro quien hablase. Contrariamente a lo que se había apuntado en principio, su acento no delataba que fuese extranjero. También se confirma que no portaban armas de fuego y que amenazaron a la familia con cuchillos.

El botín que fueron capaces de llevarse los asaltantes no ha trascendido de momento, aunque se apunta a una cuantía de unos de 1.000 euros en efectivo, relojes, joyas, tarjetas y teléfonos móviles. De hecho cuando el propietario de la vivienda fue capaz de liberarse de las ataduras tuvo que salir de la casa y dirigirse al domicilio de una familiar que vive al otro lado de la carretera para pedir ayuda desde allí.

"Dixo que lle pegaran tanto a el como á muller e que tamén ataron ao neno de 4 anos", apuntan las fuentes consultadas en el vecindario. De hecho, la esposa tuvo que ser atendida después del suceso en el centro de salud debido a una herida en la frente.

En el momento del asalto, en el domicilio se encontraban el matrimonio, su hija y dos nietos, uno de ellos un bebé que nació a principios de la semana pasada. La familia no se encontraba reunida, sino que cuando entraron los asaltantes estaban en distintas estancias. El niño de 4 años no se libró de ser atado, pero fuentes cercanas a la investigación aseguran que los ladrones lo trataron de manera correcta. La hija del matrimonio reside habitualmente en Madrid y se había desplazado a Bueu para dar a luz.

El asalto tuvo lugar alrededor de las ocho de la tarde del miércoles. Los dos asaltantes registraron por completo la vivienda, sin ningún tipo de miramiento. Durante ese tiempo mantuvieron atados y amordazados a los dueños de la casa, utilizando las correas de las persianas para inmovilizarlos, siempre según apuntan las fuentes consultadas.

El alcalde de Bueu, Félix Juncal, intentó ayer ponerse en contacto con la familia afectada en cuanto tuvo conocimiento del suceso, aunque no pudo hablar con ellos debido a que les habían sustraido los teléfonos móviles.

"Lamentamos este tipo de sucesos, que son moi dolorosos, sobre todo cando hai rapaces e se emprega a violencia", maniestó el regidor. Félix Juncal se puso en contacto con la Guardia Civil para interesarse por la investigación sobre los hechos.