Fernando Iglesias Espiño, el preso que permanecía en paradero desconocido desde agosto tras no regresar de un permiso a la prisión de Pereiro de Aguiar ha sido localizado muerto esta mañana, enterrado cerca de una granja en Senra (Piñor). La Guardia Civil ha detenido por el momento a dos personas en relación a estos hechos. Está decretado el secreto de las actuaciones. Según las fuentes, son dos reclusos conocidos de la víctima. Uno contaba con pulsera telemática y el otro gozaba también de permisos. Uno de ellos explotaba en alquiler la granja.

Iglesias Espiño llevaba cumplidos 22 de 25 años de condena por el triple asesinato de su mujer y de sus dos hijos, de 12 y 18 años, en 1996 en Gran Canaria. Había disfrutado de más de 80 permisos en su vida penitenciaria. El 13 de agosto no volvió.

La Guardia Civil investiga si el crimen está relacionado con el cobro de una herencia por parte de la víctima.