La Guardia Civil ha comenzado la investigación que esclarecerá la doble agresión sufrida por dos mujeres la madrugada del domingo en Sanxenxo. El presunto agresor presentó también una denuncia en el cuartel de Cambados contra las dos jóvenes. La subdelegada del Gobierno, Maica Larriba, pedía ayer "prudencia" mientras no se esclarezcan los hechos y no se determine "a quien se pone a disposición judicial".

Mientras Maica Larriba alertaba de que la versión del presunto agresor y de sus víctimas es "contradictoria", la Guardia Civil de Sanxenxo comenzaba a tomar declaración a los testigos presenciales que formalizaron denuncia. Su testimonio será decisivo ya que no les une relación alguna con ninguna de las partes implicadas. Ayer aportaban también un vídeo grabado con un teléfono móvil en el momento de los hechos.

Jacobo Vila es uno de los cuatro testigos que declaró ayer. Se encontraba en Sanxenxo junto a su mujer para participar en la cena de cumpleaños de un amigo. La agresión tuvo lugar cuando se dirigían a la zona de ocio del puerto deportivo. "El golpe a la primera chica no lo vi. Iba hablando con un compañero, distraído, y escuché un golpe que sonó brutal".

Jacobo Vila aceleró el paso para acercarse a la zona donde se estaba desarrollando el altercado. Llegó con tiempo suficiente para ver como el joven vilanovés golpeaba a la segunda joven, y como ésta caída sobre el asfalto, mientras la increpaba diciendo: "¿Tú te crees que yo no pego?"

"Tratamos de mediar, de atender primero a las chicas y de frenar al agresor. Yo le estaba sujetando por un brazo y uno de sus amigos por otro; él no paraba de gritar "os voy a matar" y al final logró soltarse y me golpeó la cara, nada grave".

La pandilla de Jacobo Vila estaba integrada por 14 personas, siete de ellas varones con edades comprendidas entre 40 y 50 años, que estos días se han visto cuestionados en las redes sociales por no reducir al agresor.

"A mí no me gusta la violencia, no soy de meterme en peleas. Tengo dos hijos y no creo que le estuviese dando un buen ejemplo si hubiésemos empezado un tumulto. Porque nosotros éramos siete y ellos cuatro y en el grupo de las chicas agredidas también había algún hombre; aquello pudo haber sido una batalla campal".

Sin embargo Jacobo Vila reconoce que "ganas no nos faltaron a ninguno. Pero tenemos que confiar en la justicia y en la labor de las fuerzas del orden. Nosotros tratamos de disuadirle y de retenerle hasta que llegase la Guardia Civil, creo que esa era nuestra obligación moral".

La versión de Jacobo Vila coincide con la de su esposa, que ayer también prestó declaración. "Vi a la chica tirada en el suelo; vi como él cerraba el puño para volver a golpear, vi a mi marido intentando sujetarlo y escuché sus amenazas. Y le insulté, a él y a sus amigos; que tuvieron una actitud cómplice y cobarde en todo momento", explica. "Solo trataban de restarle importancia a lo que estaba pasando, diciendo que si le dejábamos tranquilo se le iría pasando, que él era así".

Jacobo Vila corrobora el testimonio de su mujer. "Es verdad que el chico no se encaró con los amigos que trataron de sujetarlo. Y también es cierto que aunque mantuvo una actitud violenta en todo momento, comenzó a dar pasos hacia atrás cuando nosotros aparecimos... de hecho acabó huyendo".

La concejala del BNG, Sandra Fernández Agraso, también prestó ayer declaración. Era el cumpleaños de su marido el que celebraban. "E de repente nos encontramos con toda aquela situación. Despois de ver a bofetada á primera rapaza eu o que fixen foi coller o teléfono e chamar a Policía Local para que enviaran unha patrulla. Estaba falando con eles cando xa vin sair á segunda rapaza polo aire. A situación de nervios que vivín é indescriptible; foi un momento horrible para todos nós. Juan non vai esquecer nunca o seu 50 cumpleanos", ironiza.