Una joven residente en una localidad de León ingresó en prisión el pasado fin de semana como presunta autora de un hurto en el que habría utilizado escopolamina o burundanga, la llamada droga zombi, porque afecta de tal manera a la persona que se intoxica con ella que queda sin voluntad y sin posibilidad de defenderse frente a agresiones o robos. En el caso de la joven encarcelada, la víctima fue otra chica que sufrió un hurto después de haber sufrido la intoxicación. La joven estaría ingresada en el complejo hospitalario de León, recuperándose del trance sufrido. Los facultativos no habrían encontrado restos de la citada droga en su organismo, aunque han remitido muestras biológicas a un laboratorio barcelonés para que las analice y determinar qué fue lo que la afectó. No se descarta que la joven hubiese ingerido otra droga.

La Guardia Civil sospecha que la detenida ha podido cometer otros hurtos utilizando la burundanga para eliminar la voluntad de sus víctimas. La investigación, a cargo del Juzgado de instrucción 2 de León, se mantiene en secreto. Prueba de la gravedad de los hechos es que ha enviado a la cárcel a la presunta autora del hurto.

La escopolamina es una droga muy difícil de detectar, apenas deja rastro. Durante un tiempo se pensó que el uso de esta sustancia -conocida también como la droga de los violadores- con fines delictivos era una leyenda urbana, aunque algunos casos han refutado esta afirmación.