La decisión sobre el ingreso en prisión del presunto parricida del octogenario de Sárdoma -parroquia de Vigo- está en manos del juez de Instrucción 8 de Vigo que investiga el crimen. Manuel Alonso, de 43 años, pasó ayer por la mañana a disposición judicial pues se cumplía el plazo máximo legal de 72 horas de detención que fija la Ley. La magistrada de Instrucción 1, en funciones de guardia, dictó un auto por el que se prorroga su detención otras 24 horas y así facilitar que, tal como contempla la legislación, comparezca ante el magistrado del caso.

El supuesto parricida llegó a los juzgados de Vigo en un furgón policial desde los calabozos de la comisaría de López Mora, donde permanece desde que el jueves fue detenido, y allí volvió una hora después al concluir su comparecencia con un abogado defensor. El menor de los cinco hijos del octogenario, cuyo cadáver con varios golpes en la cabeza fue hallado hace una semana oculto bajo unos matorrales, envuelto en plásticos y con los pies atados en una zona boscosa de la parroquia de Sárdoma, pasó la noche en dependencias policiales y ha sido citado para volver a comparecer esta misma mañana, a las 10.00 horas, ante el juez de Instrucción 8.

Una vez que concluya su interrogatorio, en presencia del fiscal y de su letrado defensor, el magistrado tendrá que decidir sobre los posibles delitos a imputar y si procede su ingreso en prisión.

Manuel Álvarez, que comparte nombre con su progenitor, confesó el crimen durante un registro judicial en la finca familiar el jueves pasado. Ante las evidencias que la Policía iba encontrando en la vivienda de su padre, se derrumbó y afirmó en presencia de los agentes y de la secretaria de la comisión judicial que lo había matado tras una discusión por las malas relaciones que mantenían desde hacía tiempo. Una confesión espontánea en la que manifestó que actuó en un arrebato y que también trasladó en solitario el cadáver hasta la orilla boscosa del regato Eifonso donde fue hallado el lunes pasado.

Visiblemente nervioso al relatar lo ocurrido parecía no recordar algunas cuestiones, pero tampoco se le preguntó sobre el tema a la espera de que prestara declaración en presencia de un abogado para no vulnerar sus derechos. Durante todo el sábado la Policía Científica y una comisión judicial presidida por la letrada de Justicia de Instrucción 1 inspeccionaron la vivienda del detenido y la finca que compartía con su padre -las casas de ambos se encuentran en el mismo terreno- en busca de nuevas pruebas, sin que hayan trascendido los resultados.

El juez instructor del caso decretó el secreto de sumario nada más asumir la investigación, por lo que apenas han trascendido datos.