Llegar hasta Julen antes del lunes es el reto que se han marcado los técnicos que participan en el rescate del niño de 2 años que cayó el pasado domingo a un pozo en Totalán (Málaga), pese a que el hallazgo de un macizo rocoso de pizarra en las excavaciones complica de nuevo los trabajos. Según el responsable del operativo, Ángel García, delegado del Colegio de Ingenieros de Caminos de Málaga, después del túnel vertical, la Brigada de Salvamento Minero deberá hacer una galería horizontal que conecte con el pozo. Estaba previsto que la obra del pozo finalizase a lo largo de la noche pasada.

En condiciones "muy favorables", la ejecución del túnel vertical puede llevar entre doce y quince horas según el tipo de terreno, aunque García advirtió de que es probable que se tope con roca, lo que ralentizaría el trabajo y obligaría a cambiar las cabezas de perforación.

La nueva perforadora llegada desde Madrid tiene más longitud y permite que no se tenga que rebajar la montaña treinta metros, como inicialmente se había planteado. Un geolocalizador permitió determinar que el pozo donde cayó Julen tiene una desviación entre la boca y el fondo, lo que sirve para afinar los cálculos.

En la zona trabajan un total de doce máquinas, entre las que se encuentran las de mayor potencia del mercado. García destacó que todas las tareas tienen "la misma prioridad". Respecto a la posibilidad de que se registren lluvias hoy en la zona, Agustín Pierén, profesor de Sondeos de la Facultad de Geología de la Universidad Complutense, indicó que no afectarían a la ejecución del pozo vertical, aunque sí al movimiento de maquinaria pesada en el exterior.

José Roselló y Victoria García, los padres del pequeño Julen, fueron acogidos ayer junto a otros familiares en la casa de una vecina de la localidad al tener que dejar por seguridad el monte donde estaban ante el peligro de desprendimientos.