Un arquitecto argentino de origen italiano, pero afincado en Puerto de Santa María, en Cádiz, fue la persona que disparó, sin querer, el cartucho que costó la vida al pequeño Aitor, de cuatro años, en una cacería de jabalíes en Guillena (Sevilla), el pasado domingo.

El niño se encontraba junto a su abuelo en un puesto de caza cuando recibió el disparo en la cabeza. Los equipos médicos intentaron reanimarlo por espacio de dos horas, pero nada pudieron hacer. El arquitecto, Luis Antonio G. G., de 60 años, prestó declaración, investigado por un presunto delito de homicidio imprudente.