La descomunal batalla librada contra la montaña de Totalán durante los últimos días ya ha dado paso a la Brigada de Salvamento Minero, los especialistas que descenderán al fondo del túnel de 60 metros construido de forma paralela al que cayó Julen para excavar con sus manos la galería que les lleve hasta el pequeño. Según fuentes del operativo, esta última fase trabajo, la más delicada y esperada de un rescate sin precedentes, se ha estimado en una duración de veinticuatro horas, aunque el tiempo aumentará o disminuirá en función de la dureza del material que vaya encontrando la brigada y la distancia recorrida.

El cálculo de los expertos consultados es que excavarán con los martillos neumáticos una galería horizontal de entre 3.5 y 4 metros de largo, un metro de ancho y 1,20 de alto para comprobar si Julen se encuentra bajo el tapón de terreno sólido que frustró su busqueda en el pozo original. A priori creen que los mineros podrían avanzar un metro cada ocho horas, dato que refleja el reto al que se enfrentan. Las fuentes, sin embargo, insisten en que sólo es una estimación y que la pared tendrá la última palabra. Cuando alcancen la zona situada bajo el tapón estarán a más de 72 metros de profundidad.

Durante este proceso llevarán mascarillas y detectores de oxígeno. Harán turnos de dos cada cuarenta o sesenta minutos y tendrán que apuntalar con madera cada metro ganado a la roca, que tendrá una trayectoria ligeramente ascendente para que los restos que vayan retirando caigan con mayor facilidad al fondo previsto en la galería vertical por la que descienden en la cabina. Cuanto más cerca estén de la zona cero, más cuidado tendrán por la seguridad del pequeño. Sobre el espacio en el que van a trabajar los mineros, Santiago Suárez, que fue jefe de esta brigada entre los años 2005 y 2009, ha explicado a Europa Press que "no va suponer ningún tipo de problema" para ellos.