Nacida en 1986, Pilar Martínez cursó sus primeros años de estudio en el colegio Sagrada Familia de Aldán, en donde trabó sus primeras amistades con niños de esta parroquia. Quienes compartieron aula con la joven cooperante gallega fallecida en el accidente de avión en Etiopía la recuerdan como una de las líderes de clase desde muy pequeña, aunque no solía meterse en líos y era bastante aplicada. Estudió en el centro Sagrada Familia todo Primaria y ESO. El Bachillerato lo haría ya en el instituto María Soliño de Cangas, para entonces los compañeros ya hablan de un carácter algo más tímido, pero muy habladora cuando tenía confianza.

Su amor por los viajes se despertó muy pronto, pues un recuerdo que sus excompañeros guardan de su niñez es que muy pronto se aprendió los nombres de todas las capitales del mundo. Profesores que la tuvieron ya en la etapa adulta la recuerdan perfectamente y aluden también a su carácter más reservado en estos años. Ayer trataban de asumir la pérdida tras descubrir la identidad de la fallecida por las fotos que recibían de las redes sociales.

Los que compartieron clase con ella en el Bachillerato de Ciencias de la Salud describen a una compañera bastante aplicada a los estudios y sobre todo recuerdan cómo ayudaba a aquellos que necesitaban una mano en determinadas materias. "Era muy buena gente. Siempre ayudaba a los compañeros", indica sobre Pili, como la llamaban todos aquellos que la conocían.