"No le deseo a nadie que se le atragante un niño y no sepan qué hacer", afirma el padre lamentando la fatalidad de haber perdido a un hijo y tener todavía a su mellizo ingresado por lesiones costales, niño cuya guarda provisional asume la Xunta tras requerirlo con urgencia la Fiscalía de Menores. Los hechos ocurrieron en Ourense. Los progenitores niegan culpa, desatención o negligencia y apuntan a una desgraciada tragedia. Atribuyen la fractura en las costillas que presentaba el pequeño -que ingresó unos días antes de la muerte en casa de su hermano- a un intento de reanimación cuando parecía que se ahogaba. "Vino su madre con él pálido, el niño no respiraba e hice la RCP. Gracias a Dios sabía hacerla y conseguí que respirara. Le rompí las costillas porque lo noté, aunque no soy médico ni experto", manifestó el padre entre lágrimas. Los progenitores acudieron al juzgado para interesarse por el caso.

Los mellizos nacieron el 3 de enero cuando la pareja aún se encontraba en Nigrán, antes de que se mudaran a Ourense. La madrugada del 3 al 4 de marzo murió uno de los bebés en el domicilio. "La mamá se quedó dormida porque estaba agotada. Le dio el biberón y se quedó dormida por espacio de una hora o una hora y media. Se levantó para ver cómo estaba el niño y ya pegó un grito. Cuando fui a ver al pequeño tenía los ojos negros y ya no respiraba, no había forma. No hubo tiempo, no sabemos qué pasó", relataba ayer el progenitor.

Juzgado

Aunque no fueron citados por el juez, uno de los motivos por los que ayer acudieron al juzgado, según su versión, era ir a otro juicio y, de paso, averiguar algún detalle del caso o acceder a la autopsia, que descartó signos de violencia y no determinó la causa de la muerte, que en el ámbito sanitario se atribuyó a una muerte súbita. Ese es el único dictamen que por ahora tiene el juez que abrió diligencias para investigar el fallecimiento de un bebé y la lesiones de su mellizo. Sigue a la espera de informes médicos y forenses antes de decidir.