El Ayuntamiento de Godella, la localidad valenciana donde residían los dos niños asesinados, reconoció a través de su alcaldesa, Eva Sanchis, que los servicios sociales ya habían trabajado en 2016 con esta pareja, ahora detenida. El expediente, por un problema de convivencia, se archivó en su momento. El pasado lunes, nuevamente volvieron a intervenir tras una llamada telefónica de la familia, en concreto de la abuela de los menores. Dos patrullas locales acudieron a la caseta donde vivían de okupas, pero no actuaron porque según figura en el informe "estaban en buenas condiciones".