El titular del Juzgado de Instrucción número cuatro de Paterna decretó ayer el ingreso en prisión para la madre de los dos niños hallados muertos el pasado jueves en Godella como presunta autora del doble crimen. El juez, como así había acordado el día anterior, se desplazó al Hospital de Llíria para tomar declaración a la detenida, y después de que esta se acogiera a su derecho a no declarar, dictó el auto de prisión. Fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana añadieron que la detenida está investigada por dos delitos de asesinato y la causa sigue bajo secreto de sumario.

María Gombau fue trasladada minutos antes de la una de la tarde al módulo de psiquiatría, del centro penitenciario de Picassent. Este sábado, Gabriel Salvador C., el padre de los niños asesinados, también ingresó en este módulo tras comparecer ante el juez y acogerse a su derecho a no declarar.

La primera exploración psiquiátrica a María Gombau reveló que ésta sufrió un brote psicótico la noche que acabó a golpes con la vida de sus dos hijos, Amiel e Ixchel, de tres años y medio y cinco meses. Ante el forense, aseguró: "Dios me ordenó matar a mis hijos". A los agentes que la encontraron semidesnuda en un barril, les dijo que sus hijos estaban endemoniados.

Las autopsias a los pequeños confirmaron las sospechas de la forense presente en el levantamiento de los cadáveres: murieron por los golpes recibidos (principalmente en la cabeza), provocándoles importantes fracturas craneales incompatibles con la vida. La presunta autora de las muertes utilizó un objeto contundente.

Dos testigos relataron al juez la supuesta "manipulación mental" que el padre de los niños ejercía sobre María, hasta el punto de "aislarla" de su entorno más próximo. Relataron, además, cómo Gabriel habría llegado incluso a maltratar a su hijo mayor, Amiel, de tres años y medio, "porque le tenía celos". La abuela de los niños había dado pasos para solicitar la custodia de los pequeños al temer que su hija no estuviera ya en condiciones de cuidarlos por la depresión postparto que venía arrastrando.

La mujer estaba preocupada por dos episodios concretos, el último ocurrido el pasado lunes, apenas tres días antes del doble crimen, cuando su hija le mandó un mensaje diciéndole que se iba "con el Creador". El pasado febrero, la dueña de la parcela en la que residía la pareja junto a sus hijos, presentó una denuncia por la ocupación del inmueble.