Llegaban a juicio siete acusados. Pero finalmente solo tres fueron condenados en la vista celebrada ayer en la Audiencia de Pontevedra tras alcanzar un acuerdo con la Fiscalía. Se les acusaba de formar parte de una banda a la que se le atribuían 19 robos por todo el territorio gallego, aunque fueron condenados por la mitad de estos hechos.

La sala condenó a dos personas, una de ellas vecina del poblado de O Vao, Yolanda G. G., a 4 años y 11 meses de prisión para cada uno por los delitos de hurto continuado, allanamiento de morada y robo, entre otros. Además a ella se le imponen dos multas de 180 euros por delitos leves de lesiones. El otro sentenciado a la misma pena de cárcel es Pedro R. B, de la zona de A Coruña. El tercer condenado, a dos años y tres meses, es José C.R. En este caso el tribunal accedió a la suspensión de la pena de cárcel con la condición de que no vuelva a delinquir durante cuatro años.

Los acusados se habían especializado en desvalijar casas en zonas rurales, tras engañar a personas generalmente de avanzada edad a las que despistaban con alguna artimaña para entrar en sus domicilios y llevarse objetos de valor. El reconocimiento de los hechos por parte de los procesados permitió la retirada de la acusación contra las otras cuatro procesadas y la reducción de la pena para los tres que permanecieron en el banquillo.

Las magistradas no accedieron a la suspensión de la pena aceptada por los dos principales acusados, dado que cuentan ya con múltiples antecedentes por delitos similares, especialmente la vecina del poblado de O Vao, que tiene al menos cuatro sentencias firmes condenatorias por robos en su historial.

Según el escrito del fiscal, los robos fueron en lugares tan dispares como Salvaterra, Fene, Begonte, Chantada, Ponteareas, Culleredo, A Cañiza, Mondariz, Cotobade, Mos, A Lama o Meis, aunque algunos de los 19 robos iniciales fueron retirados por el fiscal de su escrito de acusación por falta de competencia.

El escrito detalla que los acusados utilizaban excusas de lo más variopintas para entrar en las viviendas, desde que tenían sed a que tenían que acudir urgentemente al aseo.