Las defensas sostienen que la muerte violenta de Alexandru Walter Boghiu, a los 22 años, 2014 en Boborás fue un accidente. La Fiscalía y la acusación particular piden entre 18 y 25 años de prisión por un presunto delito de asesinato para los dos encausados, Óscar E. L. y Eduardo L. F. El forense que examinó las lesiones del fallecido en la prueba de autopsia no puede excluir esta posibilidad pero se decanta por que el caso conocido como el de la Esmorga fue un crimen. "El contexto es homicida. Las circunstancias de la muerte orientan a pensar que fue un homicidio", declaró ayer ante el jurado popular Fernando Serrulla, jefe de sección de Patología y responsable de la unidad de Antropología Forense del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga).

La víctima estaba con vida cuando llegó al agua. La causa de la muerte fue la asfixia por inmersión. Murió ahogado pero además presentaba un "importante" traumatismo en la región frontoparietal derecha, con hundimiento del cráneo y salida de masa encefálica. Se trata de una lesión suficiente para acabar con la vida del joven y que, según el experto, tuvo que ser causada con "alta energía", lo que no corresponde por ejemplo con el uso de un martillo.

El forense Serrulla no puede determinar cómo se produjo esa fractura "compleja" pero considera que "es compatible" con una caída desde los siete metros de altura entre la barandilla y el canal del Viñao al que cayó Alexandru. "Una persona no llega a producir ese tipo de energía", declaró el forense. Sí pudo causar la lesión un impacto de "alta energía" contra un "objeto irregular", como por ejemplo "alguna de las piedras" del canal.

Tras un traumatismo de ese calibre „expuso el doctor en su declaración pericial de ayer„ el joven probablemente perdió la consciencia de forma "instantánea" aunque no falleció en ese mismo momento, sino que siguió respirando durante unos pocos minutos, lo que explica el ahogamiento.

Solo por el examen de las lesiones, el antropólogo no puede aseverar si fue accidente o homicida pero las circunstancias lo inclinan a pensar más en un crimen. El "contexto homicida" que tiene en cuenta Serrulla se refiere a la paliza previa que, según los propios acusados y testigos relataron, tuvo lugar en la vivienda de Cameixa (Boborás) en la que una noche de juerga dio paso a la violencia. Al cadáver le faltaban cuatro piezas dentales, tenía los labios hinchados y contusiones en ambas cejas que habían formado edema, es decir, chichones. Son elementos "que hacen pensar más en un homicidio", manifestó el experto ayer en la vista con jurado.

El examen del cadáver reveló demás que la víctima tenía una infiltración hemorrágica en el cuello, por debajo de la piel. "Eso habitualmente es un signo de violencia cervical. Tiendo a pensar que parece más razonable que forme parte de la pelea. Que haya una lesión dentro de la piel implica una sujeción del cuello, violencia cervical, posturas forzadas o presión con manos", expuso el perito. Se trata de una lesión infligida cuando aún estaba con vida.

La pérdida de cuatro dientes se debió a un "puñetazo", concluye el forense. Se inclina más por esta teoría que por la posibilidad de que hubieran golpeado a Alexandru contra un pared o el suelo, ya que en ese caso "también suele romperse la nariz". Otro elemento que respalda la teoría es que "en el labio exterior no había lesiones", sino hinchazón", "más compatible" con un puñetazo.