De la pesca de la anchoa y el pez espada durante muchos años, al tráfico marítimo de cocaína a gran escala. El gallego José Luis Ouviña Crujeiras iba al mando del pesquero Gure Leire, apresado en el Atlántico Norte por el Servicio de Vigilancia Aduanera con 2.500 kilos de cocaína que acababan de trasvasar de un buque nodriza que la acercó desde Sudamérica a Azores. Con él viajaban otras seis personas que ahora navegan como detenidos a bordo del patrullero Fulmar de Aduanas rumbo al puerto de Vigo.

Ouviña Crujeiras se asentó hace años en el País Vasco y ha sido armador de varios palangreros. Las cosas no le han ido bien en los últimos tiempos, ya que ha ido acumulando expedientes sancionadores y multas por supuestas irregularidades pesqueras que le llevaron a abandonar la cofradía de Ondárroa, de la que fue socio un tiempo. La mala situación económica del patrón gallego se agudizó en 2017, cuando el Juzgado de lo Social de Santiago de Compostela lo declaraba en situación de insolvencia en la ejecución de 5.496 euros que debía a un trabajador magrebí que lo denunció por impago junto al Fogasa.

El Gure Leire, con matrícula de Castellón y puerto base en Ondárroa, es un pesquero destinado al palangre de superficie en el caladero nacional construido en 1999. Tiene 22 metros de eslora y una potencia de 220 CV, según el censo de la flota pesquera operativa española. Ouviña además de ser su patrón, es el operador del buque, ya que como armadora figura, al menos hasta el año pasado, una vecina de Oropesa de Mar. Se trata de un palangrero rebautizado que previamente se llamó Nuevo Ruiz Sáez.

El buque tiene en orden sus licencias de pesca, que fueron renovadas a principios de este año para todo el ejercicio. En Ondárroa el barco es conocido, no así su patrón ya que nunca ha estado asociado a la cooperativa de armadores.

Los problemas con Pesca comenzaron para José Luis Ouviña como armador de otro palangrero, el Tonino Segundo, con matrícula de A Coruña y base en Ribeira. Fue sancionado en 2013 con 19.000 euros por pescar de forma ilegal en Portugal y por tener inoperativo el localizador GPS. Se consideró una infracción grave.