Lo que comenzó como una visita de fin de semana se ha convertido en una situación «desesperante». Así lo cuenta José Ángel Hernández que, desde hace casi dos semanas, no sabe dónde se encuentra su hija de 12 años. Los hechos se remontan al pasado 26 de julio, cuando el progenitor decidió llevar a la menor con sus abuelos, pero la sorpresa se la llevó dos días después, el 28, cuando la niña no salió por la puerta. José tiene la custodia total de la menor y pese a que reconoce que no quiere que su hija esté en casa de los abuelos «porque el único entretenimiento que tiene mi padre es ver porno en el ordenador, quise llevarla porque me daba pena que no la vean».

Cuando se personó en el domicilio, «mi padre me dijo, literalmente, que por sus huevos la niña no iba a salir de allí», señala el progenitor. Ante esto, José Ángel, junto a su pareja Eva, se desplazó hasta las dependencias de la Guardia Civil de Alfafar «pero allí lo único que nos explicaron es que no podía entrar al domicilio de mis padres por la fuerza ya que, encima, mis padres podrían llamar a la Policía y todavía podía salir perjudicado yo». «Me dijeron que debía acudir al Juzgado de Instrucción nº3 de Catarroja a interponer la correspondiente denuncia y solicitar una orden con la que poder entrar al inmueble», lamenta.

La situación empeoró el pasado lunes día 5 cuando José Ángel acudió de nuevo a la casa de los padres para ver si podía recuperar a su hija, pero se topó con que su padre le dijo que «allí no estaba ni la niña ni sus pertenencias, pero que no me preocupara, que estaba bien». Preguntado por el paradero de la menor, José Ángel plantea que podría estar con su hermana pero que no se ha puesto en contacto con ella porque no tiene muy buena relación.

La madre biológica de la menor se fue a Colombia y abandonó el hogar familiar hace algo más de cinco años y nunca más se supo. «Mi expareja solo se ha puesto en contacto conmigo para reclamarme 18.000 euros que, según ella, le debo por quedarme con la niña», manifiesta José Ángel. «Sobre ella recae una orden de detención que le impide pisar suelo europeo ya que está acusada, entre otras cosas, de robos», puntualiza.

A fecha de hoy, el padre ha realizado dos denuncias más, una el día 5 de agosto y otra el pasado miércoles 7, y acude al juzgado «día si, día también» porque está a la espera de obtener la orden. La pareja de José Ángel lamenta la lentitud para obtener dicho documento. «Sabemos que es verano y que están bajo mínimos, pero no entendemos que, siendo este caso, no se den prisa». «El último día que fuimos nos dijeron que acababan de subir la documentación en ese mismo momento, una semana después de presentar la primera denuncia», puntualiza.

Episodio anterior

La pareja asegura que no es la primera vez que esta situación ocurre. Durante el último curso escolar, explica Eva, la abuela acudió un día al colegio a recogerla para llevársela con ella. «Iba conduciendo, las vi y automáticamente llamé a la Policía y a la Guardia Civil para detener la situación», explica. «La abuela se empeñó en que la niña se quedaba con ella sí o sí y no me la quería devolver», añade. José Ángel asegura que en ese momento se encontraba trabajando cuando recibió la llamada de los cuerpos de seguridad quienes le preguntaron «que con quien debía irse su hija, si con su pareja o con su abuela» ya que es él quien tiene la custodia de la menor. «Al final la cosa no fue a más y mi hija se fue con Eva», señala.

Tras este episodio, el padre de la menor acudió al colegio y puso una queja contra el centro educativo porque, según explica, «mi madre no estaba autorizada para recoger a mi hija del colegio en caso de que ni yo ni mi pareja pudiéramos ir y, además, en ese momento tenía una orden de alejamiento, que, evidentemente, quebrantó».