La ministra de Sanidad en funciones, María Luisa Carcedo, ha admitido este miércoles sobre el brote de listeriosis de Andalucía que "evidentemente ha fallado algún procedimiento de los establecidos" para evitar que se produzca una enfermedad como esta y garantizar la protección de los consumidores.

Durante una visita a Valencia, la ministra ha destacado que la Junta de Andalucía tendrá que llevar a cabo las inspecciones e indagaciones necesarias para conocer "exactamente dónde se ha producido el fallo", ya que las comunidades autónomas tienen la responsabilidad directa de inspección y vigilancia epidemiológica.

Ha destacado que el Ministerio de Sanidad actuó en este brote en el momento en que la Junta de Andalucía lo comunicó, lo que según ha afirmado ocurrió el pasado 16 de agosto, y ha rehusado "especular" sobre si esa comunicación se hizo "tarde" o "temprano", pues es algo que habrá que analizar con "precisión".

Carcedo ha indicado que se ha comunicado el brote a la Comisión Europea y a la Organización Mundial de la Salud para que establezcan los controles pertinentes si se detecta algún caso de turistas que hayan podido ingerir el producto en Andalucía, pues no hay constancia de que se haya exportado el producto causante de la enfermedad.

Preguntada sobre si se ha actuado de manera tardía, Carcedo ha insistido en que el Ministerio activó la redes de seguridad alimentaria y de vigilancia epidemiológica en el momento en que la Junta de Andalucía comunicó esta enfermedad, cuya declaración es obligatoria, y ha opinado que ya se irá "conociendo en detalle lo que se ha producido".

"Habrá que conocer con más precisión cómo fue todo el proceso interno de la Junta antes de que esto se comunicara a las dos redes", ha señalado la ministra, quien ha defendido que le gusta hablar "con datos, con diagnósticos certeros y con análisis confirmados" y no hacer "especulaciones".

Ha explicado que los 150 casos que tienen confirmados, de los que 132 se han detectado en Andalucía y el resto en otras cinco comunidades autónomas, tienen relación directa con la carne mechada de una empresa radicada en Sevilla, bien porque se consumió en Andalucía o porque se llevó la carne a otros territorios y se ingirió en ellos.

Desde el 16 de agosto se ha impedido la comercialización de cualquier producto fabricado en esa empresa desde mayo, ya que el producto tiene tres meses de caducidad, según Carcedo, quien ha reiterado la petición de que quien lo tenga en casa no lo consuma.

También ha indicado que, aunque el periodo de incubación de la enfermedad es "bastante variable", conforme pasan los días, y al no estar el producto disponible en el mercado, el riesgo de que se produzcan nuevos casos "ya es menor".