Laureano Oubiña, considerado el mayor transportista de hachís de los años noventa, logró sentar el año pasado en el banquillo a una de las madres que constituyeron la fundación contra la droga Érguete, Carmen Avendaño, a quien demandó por un presunto delito de intromisión en su honor al sugerir que el cambadés había traficado "con otro tipo de drogas" en una entrevista radiofónica. Oubiña exigía un euro simbólico de indemnización y una rectificación pública de Avendaño.

La dirigente de Érguete ganó el pleito, pues el Juzgado de Vilagarcía falló en su favor y desestimó la demanda del cambadés, quien recurrió la sentencia ante la Audiencia Provincial de Pontevedra. La primavera pasada el tribunal provincial ratificaba el fallo del juez.

Un año después es la dirigente de Érguete quien reclama al cambadés que abone las costas judiciales, que incluyen los gastos de abogado y procurador que la representaron, tal como recogen las dos sentencias dictadas en primera instancia y apelación.

El juzgado de Vilagarcía indicó en su fallo que debía prevalecer el derecho a la libertad de expresión de Avendaño sobre el derecho al honor de Laureano Oubiña, pues se había tratado de una insinuación.