El ingeniero de caminos que coordinó el rescate del pequeño Julen del pozo de Totalán, Ángel García, explicó ayer en la Universitat Politécnica de Valencia (UPV) los detalles de una operación en la que "hicimos en 12 días lo que, en condiciones normales, habría costado cinco o seis meses". El cuerpo del niño fue rescatado por la Brigada de Salvamento Minero.

García explicó a los alumnos de primer curso, durante una conferencia, los detalles de la operación, que durante 13 días mantuvo a España pendiente del rescate en el municipio malagueño. Por la complejidad del terreno y de las labores de salvamento, resultó "inédita en todo el mundo". "Al día siguiente del suceso, recibimos la llamada de socorro de las autoridades, que estaban viviendo una situación dificilísima. En Málaga, contamos con un grupo de WhatsApp que incluye a 200 del total de 700 ingenieros de caminos que tiene la provincia censados. Escribí un mensaje: 'El que entienda de esto, que venga'. ¡Como si alguien pudiese entender de algo así! A la media hora, nos presentamos en el pozo 14 compañeros. El equipo quedó finalmente integrado por ocho ingenieros".

El coordinador de las operaciones indicó que tuvieron "muchísimos condicionantes que hicieron que la operación fuera aún más compleja": la orografía del terreno, los accesos hasta el pozo, las peculiaridades geológicas y geotécnicas de la zona, con materiales "muy variados, pero siempre de una gran o extrema dureza". Trabajaron "a ciegas, pero siempre con la hipótesis de que estaba con vida, por lo que había que asegurar la integridad física" del menor.