El conocido como violador del ascensor, que pasó media vida encarcelado por matar a dos jóvenes y agredir sexualmente a otras 18, confesó ayer en un nuevo juicio cuatro ataques perpetrados en Madrid tras salir de prisión. "Tengo una obsesión que no puedo controlar desde los 19 años", manifestó después de solicitar ayuda. La Fiscalía pide más de 90 años de cárcel.