La Audiencia Provincial de Ourense juzga la próxima semana al presunto violador de una joven, acusado además de golpearla y denigrarla. Los padres y tres hermanos del agresor también se sientan en el banquillo como supuestos cómplices. El fiscal pide 19 años de prisión para el principal acusado y 3 para el resto.

El relato que hace el Ministerio público del presunto cautiverio, agresiones sexuales y humillaciones da escalofríos. Supuestamente fue retenida contra su voluntad y sufrió violaciones y humillaciones, de manera reiterada. Según la acusación, a veces no la dejaba comer porque la veía gruesa, la obligaba a beber y a consumir drogas, le quitó el móvil„ dictándole los whatsApps que enviaba a su familia„, la golpeaba con palos y barras de hierro, la amenazó con armas y la forzaba a cortarse el pelo o a bañarse en agua fría. El Ministerio público solicita 19 años de prisión para Javier G. J., de 40 años y con antecedentes, al que atribuye un delito de detención ilegal (5 años de cárcel), un delito continuado de agresión sexual (11 años), un delito continuado de coacciones o bien un delito de trato degradante (1 año), así como un delito de lesiones (2 años).

Los padres y tres hermanos„el patriarca del conocido como clan de Los Madriles, Luis Manuel G. M., la madre Ana J. G., así como tres hermanos, José Luis, Ángel y Alberto„ también van a juicio. Se enfrentan a una condena individual de 3 años de cárcel como presuntos cómplices de la detención ilegal de la chica. La defensa cuestiona la credibilidad de la víctima.

La acusación pública contempla una agravante. La de haber cometido el delito, presuntamente por discriminación por el sexo de la víctima. Asimismo, el fiscal pide una orden de alejamiento de 23 años para el principal imputado y de 5 para cada uno de los miembros del clan, que están en libertad.

Tras mantener contactos con anterioridad a través de WhatsApp, el principal encausado se citó con la mujer en un hotel del centro de la ciudad, el 4 de enero de 2018. Allí pernoctaron dos noches y mantuvieron relaciones consentidas. Javier G. J., que continúa en prisión preventiva, alegó que el sexo siempre fue de mutuo acuerdo. Pero la Fiscalía acoge la versión de la víctima y asegura que, la mañana del 7 de enero de 2018, consiguió mediante engaño que la joven lo acompañase hasta su casa, en el entorno del cementerio de San Francisco, donde vivían sus padres y hermanos, aunque ellos sostienen que en viviendas separadas.

Allí la mantuvo 19 días recluida, afirma el fiscal del caso, Carlos Valenzuela. Durante este tiempo, Javier G. J. presuntamente obligaba a la víctima "a mantener todos los días relaciones sexuales contra su voluntad", subraya la Fiscalía, "a través de continuas expresiones intimidatorias".