Marley, un perro de aguas de la Guardia Civil, especializado en la detección de restos biológicos y que ha participado en numerosas investigaciones criminales relevantes, falleció el domingo, a los tres años, de un infarto.

Hijo de Hércules y de Lola, secundó a Elton, un perro ahora jubilado, en el hallazgo, el 31 de diciembre de 2017, del cuerpo sin vida de la joven madrileña Diana Quer en un pozo de una nave industrial abandonada de la parroquia de Asados, en Rianxo (A Coruña), a una veintena de kilómetros de donde desapareció el 22 de agosto de 2016. Igualmente, estuvo presente en el rastreo del lugar en el que el pequeño Gabriel Cruz fue enterrado por la novia de su padre y asesina confesa y condenada, Ana Julia Quezada, en una finca familiar de Níjar (Almería) en marzo de 2018.

Entre sus misiones más recientes figura la búsqueda del cadáver del informático José Antonio Delgado, vecino de Getxo (Vizcaya), hallado muerto el pasado 1 de octubre tras su desaparición en la provincia de Zaragoza donde acudió a una cita sexual. A finales de septiembre, Marley participó en la inspección de la vivienda de María del Carmen M.G., la mujer de Castro Urdiales (Cantabria) investigada por la desaparición de su pareja, Jesús María Baranda, cuyo cráneo apareció en una caja envuelta en papel de regalo que ella había entregado a una amiga.

Marley „junto a su compañero Athos„ también colaboró en la resolución del asesinato del concejal de Izquierda Unida en Llanes (Asturias) Javier Ardines.

Expertos del equipo de detección de restos humanos „las fuentes consultadas por Efe„ lo consideraban como uno de los mejores perros del instituto armado.