La víctima del crimen de Ponte Caldelas, Manuel Rivas Muiños, confesó a sus amigos y a un detective privado con el que contactó que se sentía "perseguido" durante las últimas semanas antes de que Marcos Vidal acabase con su vida a navajazos el 28 de noviembre de 2015. Así lo declaró ayer un amigo suyo que prestó declaración en el juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de Pontevedra.

Este testigo subrayó que, tras un tiempo en el que Manuel vivió separado de Sandra, su esposa, parecía que ambos se habían reconciliado un mes antes de su muerte y que "los últimos quince días" antes del crimen notó "una situación rara". Según dijo, Manuel empezó a estar un poco nervioso. "Le rayaron el coche y le pincharon las ruedas" y "se sentía un poco perseguido" por Vidal.

Aunque parece ser que del incidente del coche sí dio parte a la Guardia Civil, cuando este amigo le preguntaba a Manuel la razón por la que no denunciaba estas amenazas, éste le respondía que no, que "Sandra lo tiene todo controlado" y que "tenía a una policía nacional atenta a eso". Otro testigo que reveló la intranquilidad que sufrió Manuel Rivas fue un detective privado con el que contactó "para que lo acompañara por seguridad". Según indicó este profesional, constató que había una relación sentimental entre la esposa de Manuel y Marcos Vidal. Aseguró que iba a realizar unas gestiones para confirmar esta relación pero que luego le dijo que no era necesario, dado que parecía evidente (ella lo negó en el juicio), habida cuenta de la naturaleza de unos mensajes en el móvil de Sandra que había descubierto Manuel, de quien dijo que era conocedor de esta relación.

Según explicó el fallecido al detective, Marcos "lo tenía amenazado". "Tenía miedo de él" , añadió, y aseguró que tenía constancia de estas amenazas no a través de lo que le pudiera contar Sandra, sino porque Manuel le dijo que eran amenazas en persona de Marcos hacia él.

Este detective afirmó que Manuel "estaba muy enamorado" de su esposa y no quería separarse, pero aseguró que "una temporada se fue a casa de los padres porque se veía muy amenazado" por el acusado y que, por ello, "se veía a escondidas con su mujer". También dijo que el fallecido le comentó que Marcos "no quería que él estuviese con su mujer" y que es posible que el fallecido le reconociese que no denunciaba estas amenazas porque Sandra así se lo pedía.

Durante la sesión de ayer también declaró una policía nacional a la que Sandra acudió para hablar del supuesto maltrato psicológico del que era víctima por parte del acusado, quien, al parecer, no habría aceptado la ruptura de la relación con ella. La agente aseguró en la vista oral que no recuerda que le relatase ningún episodio violento o grave ni tampoco la notó angustiada o nerviosa, aunque en todo caso supone que le recomendó que denunciase, dado que ese es lo que suele hacer en estos casos.