Un grave atropello ocurrido en el sitio más inesperado, una zona peatonal, que causó severas secuelas a la víctima. Ocurrió una mañana de sábado de 2017, cuando un automovilista que conducía en estado ebrio irrumpió con su turismo en el paseo de la céntrica calle Montero Ríos de Vigo y arrolló por la espalda a un hombre. El peatón sufrió graves traumatismos y posteriores complicaciones que derivaron en que tuviese que acordarse su incapacidad civil total y en que el INSS le reconociese una incapacidad permanente en grado de gran invalidez, ya que no puede valerse por sí mismo.

El fiscal solicita de cara al futuro juicio que el conductor, N.H.A.P., sea condenado a 3 años de cárcel y a otros 4 de retirada del carné, lo que supone la pérdida de vigencia del mismo. Y que de forma conjunta y solidaria con la compañía aseguradora indemnice al perjudicado con al menos 745.964 euros por las lesiones, secuelas, daños y pérdidas ocasionadas.

Ocurrió a las 08.30 horas del 28 de enero de 2017. El acusado iba en sentido centro de la ciudad "con sus facultades disminuidas" por la previa ingesta de bebidas alcohólicas. Siempre según el relato del Ministerio fiscal, debido a su estado condujo su Toyota Yaris superando distintas señales de tráfico que prohibían la circulación, siguiendo la marcha hasta, tras otras presuntas infracciones, remontar el borde de la acera y acabar accediendo a la zona peatonal de Montero Ríos.

Fue en ese paseo donde, mientras seguía conduciendo, alcanzó y atropelló al peatón, que se golpeó contra la carrocería y el parabrisas del vehículo. El acusado, prosigue el Ministerio público, aún avanzó varios metros con la víctima sobre el coche hasta que reaccionó "frenando súbitamente", maniobra que provocó que el cuerpo del herido se golpease primero contra una fachada y después contra el suelo.

El peatón sufrió traumatismos craneoencefálico y torácico, así como posteriores complicaciones como una neumonía y una bacteriemia. Estuvo dos meses y medio hospitalizado y le quedaron graves secuelas. La acusación relata que necesita supervisión de terceras personas para actividades básicas de la vida diaria como vestirse, asearse o preparar la comida, y para cuestiones más complejas como la administración de sus bienes o el control de su salud. Tras resaltar como esta situación ha afectado a sus familiares, sobre todo a sus padres, el fiscal concreta determinadas necesidades del perjudicado, como la adaptación de la vivienda, fármacos o tratamientos de rehabilitación psicológica y de logopedia.

Tras el accidente, el conductor dio positivo en la prueba de alcoholemia que le realizaron, concretamente tasas de 0,54 y 0,56, por lo que casi duplicaba la máxima permitida. Las dos infracciones que la Fiscalía atribuye al acusado son un delito contra la seguridad vial por circular bajo los efectos de las bebidas alcohólicas y otro de lesiones por imprudencia grave.