El puerto de Marín parece volver a estar en el punto de mira de las organizaciones de narcotraficantes como puerta de entrada de la cocaína en Galicia y en Europa. En menos de una semana, la Guardia Civil ha podido abortar el envío de dos importantes alijos ocultos en contenedores de mercancía legal. En total, más de 830 kilos de polvo blanco que se sacan del mercado ilícito.

Si el lunes se localizaban en torno a 170 kilos de cocaína en dos bolsas en un contenedor que transportaba alubias en un control rutinario, el miércoles por la tarde los agentes de la Guardia Civil localizaban un alijo más grande, de 663 kilogramos, oculto entre un cargamento de plátanos procedente de Sudamérica.

Según explicaron fuentes del Instituto Armado, fueron los agentes del ECO Galicia y de la Unidad Central Operativa (UCO) de Madrid quienes procedieron a la localización del alijo gracias a la información de organismos internacionales dedicados a la represión del tráfico de cocaína. Los canales de comunicación entre las unidades funcionaron y se alertó a las autoridades españolas de la llegada de la droga, lo que fue trascendental para que la Guardia Civil pudiera localizarla.

Con esta información en la mano, y bajo la coordinación de la Fiscalía Antidroga de Pontevedra, los agentes desplegaron un dispositivo en Marín para la apertura e inspección del buque y de los contenedores que acababa de descargar en Marín y entre este cargamento de plátanos hallaron los fardos con este alijo.

Todo hace indicar que se trata de lo que en el argot policial se denomina como "gancho ciego", en el que la droga se oculta en medio de mercancía legal. Ni la tripulación del barco ni los dueños de la carga legal se llegan a enterar de la presencia de la droga, que es introducida en los contenedores en algún momento del proceso de carga. A veces llegan a retirar y volver a poner algunos precintos falsos para intentar evitar que el contenedor pueda ser sospechoso.

Estos dos alijos hacen sospechar de que hay personas con acceso al puerto de Marín (o al menos a estos contenedores que transportaban la carga) que podrían estar a sueldo de los grupos de narcotraficantes y la labor de investigación ahora de los agentes antidroga no solo se ciñe a investigar el origen del alijo, sino también a los contactos en Galicia de los dueños de la droga.