La tradicional y festiva noche de San Juan de 2017 finalizó de la forma más trágica posible en la playa de Arealonga, Chapela (Redondela). José Luis Luna Pereira, un vecino de Vigo de 47 años que acumula a sus espaldas condenas por al menos seis delitos, entre ellos atracos a mano armada y tráfico e drogas, mató de un disparo en el pecho a Daniel Beltrán Pinto, un joven de 25 años que residía en la misma parroquia tras recriminarle éste por orinar en el arenal. Un amigo del joven salió ileso de un segundo disparo. Casi dos años después, en abril de 2017, Luna se sentaba en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Vigo, donde tras ser declarado culpable por unanimidad por el Tribunal del Jurado, los magistrados lo condenaron a 41 años de prisión: 24 por el crimen, 10 por la tentativa de asesinato al otro joven, cinco por el intento de homicidio a los dos agentes que lo detuvieron y otros dos por tenencia ilícita de armas.

Este fallo no era firme, y contra él cabía recurso ante instancias superiores. Así, la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) acoge el próximo martes la vista de apelación a raíz del recurso presentado por la defensa del condenado. Entre sus pretensiones, la representación legal de Luna buscará que se le aplique la eximente de drogadicción. Y es que tal y como declaró él mismo durante la vista bebió y tomó pastillas aquella noche. Su letrada pedía en el acto de juicio su libre absolución al argumentar que su cliente "no era consciente de lo que hacía".

La estrategia de la defensa se centró en alegar que está exento de responsabilidad criminal por concurrir la eximente de alteración psíquica y por estar bajo los efectos de una "intoxicación plena" por consumo de alcohol y del síndrome de abstinencia por su adicción a la heroína.

En la sentencia que será objeto de apelación por el TSXG, el magistrado refrendó la tesis mantenida por el abogado de la familia exponiendo que la gravedad de los hechos de Luna es "clara", pues además de portar el potente revólver en una fiesta, disparó a "quemarropa" y de "forma sorpresiva" y en "el pecho", lo que impide "ninguna posibilidad de defensa".