Andorra y los municipios turolenses cercanos de Muniesa y Loscos rememoraron ayer la trágica tarde del 14 de diciembre del 2017 en la que un fugitivo experto en robos en masicos, conocido como Ígor el Ruso, asesinó a tiros a dos guardias civiles y un ganadero. Fueron tres bandos municipales emitidos por los consistorios de dichas localidades los que hicieron que los ciudadanos se confinaran en sus casas porque otro delincuente, el Rambo de Requena, merodeaba la zona y había herido de un disparo en el abdomen a un agente del instituto armado. En dos horas y tras un importante dispositivo de búsqueda, la Guardia Civil arrestó al sospechoso tras ser abatido de un disparo en la pierna.

De esta forma el instituto armado ponía fin a uno de sus quebraderos de cabeza desde el pasado mes de febrero. El ahora arrestado, identificado como Pedro Lozano Jiménez, había desvalijado una veintena de masías en la Comunidad Valenciana. No era un simple ladrón, puesto que no dudaba en emplear su escopeta al igual que hizo ayer contra el guardia civil Juan Carlos Monterde, en Muniesa.

Primer aviso

Aunque los acontecimientos se precipitaron tras el disparo al agente, las sospechas comenzaron a las 12.00 horas. La autorización de los desplazamientos entre las tres provincias aragonesas gracias al cambio a fase 3 hizo que un matrimonio zaragozano decidiera ir a su vivienda en la localidad turolense de El Castellar, descubriendo que les habían robado un Suzuki Vitara blanco.

Sobre las 15.35 horas una patrulla del puesto de la Guardia Civil del puesto de Muniesa localizaron el vehículo que había sido denunciado en el que iba el Rambo de Requena que no dudó en abrir fuego contra los agentes, hiriendo a uno de ellos. De esta forma, el delincuente consiguió fugarse.

De inmediato lo miembros de la Benemérita dieron la voz de alarma a sus superiores, quienes, a su vez, se pusieron en contacto con los alcaldes de los municipios cercanos para transmitirles lo ocurrido y el peligro que conllevaba si se confirmara las sospechas de que se trataba de este fugitivo valenciano. La semana pasada se había rastreado las zonas limítrofes entre las dos comunidades.

El recuerdo de Ígor el Ruso estaba presente puesto que de forma inmediata la Comandancia de la Guardia Civil de Teruel activó a los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) a los que se unieron los de Zaragoza, así como el helicóptero del cuerpo. Un importante dispositivo que se desplazó de Muniesa a Andorra, tras saberse que el Rambo de Requena había robado un vehículo Citroën C15 y que fue localizado sobre las 16.20 horas junto a unas obras y sin ningún ocupante en el interior. Una furgoneta que había sustraído a un vecino de este municipio, previa intimidación con la escopeta.

Cierre de vías

Para evitar que pudiera huir por carretera, la Guardia Civil acordó en cierre de las vías de acceso a las localidades de la zona, además de rastrear no solo con vehículos sino también a pie y en el aire con el helicóptero todas las calles y alrededores de Andorra. No tenía que estar muy lejos por las horas que manejaban.

Así fue, ya que sobre las 18.00 horas era abatido a dos kilómetros del municipio turolense en la zona del vertedero. Un tiro certero en una de sus piernas hizo que no pudiera continuar su fuga y ser arrestado.

El mismo helicóptero que sirvió para localizarle, los agentes lo emplearon para trasladarlo al hospital universitario Miguel Servet de la capital aragonesa, donde fue intervenido quirúrgicamente porque la bala afectó a sus tejidos vasculares, además de fracturarle el fémur.

Al mismo centro fue evacuado por el servicio helitransportado del 112 el guardia civil herido en el abdomen. Quedó ingresado en la uci. A pesar de que empleaba un chaleco antibalas, el proyectil le hirió de gravedad aunque su situación es estable, según fuentes del Instituto Armado que ahora trata de reconstruir los pasos del Rambo de Requena en Aragón