Puñetazos, patadas, zarandeos, tirones de pelo y violaciones. Así era el día a día de una joven de 21 años junto a su pareja y padre de su hijo de cuatro años - con el que lo tuvo siendo menor de edad-, quien vivía "anulada y amedrentada" y bajo un férreo control por parte de éste "totalmente sometida durante años". Ahora su presunto maltratador se enfrenta a más de 45 años de cárcel por dos delitos de agresión sexual, seis de lesiones, abusos sexuales continuados, amenazas y maltrato habitual.

El acusado, juzgado ayer en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Valencia, se limitó a negar los hechos. "Las relaciones eran siempre libres y consentidas. Nunca llegué a las manos" sostuvo ante las preguntas de la fiscal. Una de las primeras agresiones se produjo en diciembre de 2014, justo después del parto, cuando la obligó a tener sexo en el domicilio de Valencia en el que convivían.

El acusado y la víctima mantuvieron una relación de seis años durante la cual nació una niña. Según el relato de hechos del fiscal, el procesado comenzó a tratar de forma denigrante a su pareja desde que tuvieron al bebé. Una de las agresiones sexuales se produjo durante la cuarentena tras el parto.

Además, el presunto maltratador le controlaba las relaciones sociales e incluso le cortaba la ropa que consideraba que no debía ponerse. "Como vuelvas a subir en el coche con alguien te mato y te arranco la cabeza", es solo un ejemplo de las muchas amenazas que le profería para atemorizarla y controlarla. Algunas de ellas figuran en mensajes y audios de WhatsApp. Para justificar el envío de frases como "te tengo que reventar" el acusado alega que estaba bajo los efectos del alcohol.