La fiscalía ha pedido archivar la causa abierta contra tres jóvenes denunciados por violación por tres hermanas estadounidenses al señalar que no existió violencia o intimidación en las relaciones que mantuvieron el pasado 1 de enero en las viviendas en las que ellas residían en Murcia.

En un informe al que ha tenido acceso EFE, el ministerio público pide al juez de instrucción que investiga los hechos que acuerde el sobreseimiento provisional de las actuaciones e indica que no se opone a que mientras decide sobre ello acuerde el levantamiento las medidas cautelares que pesan sobre los denunciados.

Esas cautelares, impuestas por el juzgado de guardia cuando fueron detenidos pocas horas después de la denuncia, incluían la retirada del pasaporte, la prohibición de salida de España y las personaciones periódicas en dependencias judiciales.

En cuanto a la solicitud de la defensa de los jóvenes de que se acuerde deducir testimonio contra las hermanas por denuncia falsa, la fiscalía se opone al comentar que no se ha demostrado que actuaran con el deliberado propósito de faltar a la verdad cuando denunciaron en comisaría los hechos que aseguraban haber sufrido.

Dice el informe del ministerio público, emitido a la vista de las pruebas practicadas y, sobre todo, de las manifestaciones hechas por las hermanas hace ahora un mes al ratificar su denuncia, que no se aprecia en lo actuado que existieran agresiones sexuales o abusos.

Así, refiere la actitud cariñosa en la que se ve a una de ellas y a su acompañante a la salida del pub de Murcia donde aseguraron que se iniciaron las relaciones sexuales no consentidas, imágenes recogidas del teléfono móvil de uno de los denunciados.

Y añade que en la forma en la que aparecen dándose un beso no se aprecia "reticencia" alguna en ella ni muestra de desaprobación.

Tampoco considera que las relaciones mantenidas en los pisos en los que residían ellas no fueran consentidas.

También indica que la actitud cordial en la que aparecen todos en la estación de autobuses de Murcia, a la que ellos, de nacionalidad afgana, las habían acompañado para despedirlas, aleja la idea de que tuvieran relaciones sexuales de manera forzada.

En el escrito en el que las defensas de las hermanas se opusieron al archivo de las actuaciones, sus letrados, Mariano Bo y Pablo Martínez, consideraron que existían indicios suficientes para continuar con la causa.

Y añadieron que aunque lo manifestado por cada una de ellas al ratificar la denuncia por videoconferencia no fue uniforme ni coincidente en todos los extremos, era por la personal percepción que individualmente tenían de lo ocurrido.