Seis muertes violentas, tres de ellas consumadas y otras tres en grado de tentativa. Además de tráfico de drogas, agresión sexual, profanación de cadáveres y contra la integridad moral, con la agravante de género, es decir, por el mero hecho de ser mujeres. Esos son, por ahora, los delitos de los que acusan la Fiscalía y las acusaciones particulares a Jorge Ignacio P. J., el presunto asesino en serie cuya última víctima mortal conocida es Marta Calvo.

El inculpado fue llevado este miércoles desde la cárcel de Picassent hasta los calabozos de la Ciudad de la Justicia para que estuviera presente en la comparecencia de imputación de delitos que se celebró, tal como marca la ley del jurado. Como era de esperar, volvió a acogerse a su derecho a no declarar.

Esta es la primera vez que el acusado es conducido ante el juez de Instrucción número 20 de València desde que este magistrado asumió todas las causas en las que aparece como presunto autor: las muertes violentas de Arliene Ramos, la de Lady Marcela y la de Marta Calvo, así como agresiones a otras once mujeres que sobrevivieron a encuentros sexuales con él.

En todos los casos se repite el mismo patrón: la administración de cocaína en piedras por vía genital y sin el consentimiento de las chicas. De hecho, de las once supervivientes, tres estuvieron a punto de morir y alguna de ellas incluso acabó en el hospital.

Son precisamente esas tres, cuya identidad Levante-EMV no publica para preservar su intimidad, las que han motivado que la fiscal especial de jurado asignada a este caso le acuse de tres homicidios en grado de tentativa. La representante del Ministerio Público también le imputa tres delitos de homicidio consumado, los de Marta, Arliene y Lady Marcela.

Las acusaciones, que representan a las víctimas o a sus familias, han ido un paso más allá y han acusado de asesinato, al entender que los homicidios están agravados por la alevosía de haberlas dejado indefensas con la administración de grandes cantidades de cocaína.

En el caso de la madre de Marta Calvo, sus abogados, Pilar Jové y Vicente Escribano, le imputan, en este momento y a la espera de nuevos datos de los investigadores, cuatro delitos: asesinato, agresión sexual (ambos con la agravante de género), contra la salud pública -tráfico de drogas- y contra la integridad moral, porque, dijo Jové al término del acto, "su madre ya lleva un año sin ella y es evidente que este señor sigue sin querer colaborar para que podamos recuperar el cuerpo de Marta".

El padre de la joven de Estivella, representado por la letrada Candela Estévez, del despacho de Baltasar Garzón, le acusa de tres delitos: asesinato, profanación de cadáveres y contra la integridad moral.

El letrado Juan Carlos Navarro, que representa a las familias de Lady Marcela y Arliene, así como a dos de las supervivientes, le acusa, por tanto, de dos asesinatos consumados y de dos más en grado de tentativa. «Mi objetivo en esta causa es lograr que se le condene a prisión permanente revisable», explicó ayer Navarro, algo que recoge el Código Penal cuando un reo es condenado por dos o más asesinatos, como sería el caso.

Finalmente, los abogados del presunto asesino en serie, el valenciano Óscar Fernández, que lo defiende desde antes de su detención, y la navarra María Herrera, que se ha sumado recientemente a la codefensa y ya fue su abogada en el proceso por narcotráfico en el que le impusieron 3 años de cárcel por 300 gramos de cocaína, han solicitado el archivo de la causa contra su cliente. En concreto, fue Herrera quien lo pidió al juez, alegando que no hay ningún indicio contra su cliente.

Además de informarle de los delitos por los que se le investiga, las partes solicitaron este miércoles distintas pruebas, entre ellas, que las once supervivientes sean citadas para que declaren ante el juez y que lo hagan también, como testigos, las dos mujeres que auxiliaron a Arliene Ramos el 25 de abril de 2019, cuando comenzó a convulsionar brutalmente mientras estaba en la habitación con Jorge Ignacio P. J.

Así mismo, la madre de Marta Calvo ha pedido a través de sus abogados la reconstrucción del crimen de su hija en la casa de Manuel y que declare la madre del presunto asesino, una de las pruebas que más rechazo ha generado en el acusado. Ahora, el juez estudiará todas esas solicitudes y decidirá si da el visto bueno a todas ellas o solo a algunas.

Primero dijo que no quería declarar y, justo cuando acababa d terminar la comparecencia, abrió la boca para decir: "Yo no he matado a ninguna mujer". Pese a que Jorge Ignacio P. J. dijo esa frase exculpatoria fuera ya del acto, ahora consta en el acta a petición del letrado Juan Carlos Navarro.